19 diciembre 2006

138. Aborrecimientos y gustos

Gente que inunda las calles hasta hacer casi imposible el tránsito normal; comercios atestados de gente en un ir y venir inconstante hacia ningun sitio; compras incesantes que concluyen con un saldo negativo en tu cuenta de ahorros; turrones, mantecados y demás dulces que hacen que esos michelines que con tanto esfuerzo te has quitado de encima, vuelvan a aparecer acompañados de sus hijos, sobrinos y toda su familia; modas temporales que te obligan a acudir a la peluquería; renovar tu vestuario y buscar ese espectacular modelito para Nochevieja, tanga rojo incluido, por supuesto, con el que, ya se ha encargado la publicidad de ametrallarte hasta hacertelo creer, comenzaras el año como debes para que el 2007 vaya sobre ruedas; bombardeos constantes de postales navideñas tanto por correo convencional como electrónico; conocidos y amistades varias que no tienen otra cosa que hacer que acordarse de ti, única y exclusivamente durante estos días; comidas familiares que en muchos casos acaban en trifulcas; decenas de regalos que acabarán de nuevo descambiados en las tiendas o, en el mejor de los casos, en el fondo del armario; frío invernal, como no podia ser de otra manera en estas fechas, que invita a quedarse en casa, algo que no puedes hacer porque se supone que estos días son para compartir, el ¿¿qué??; villancicos por las calles, en los comercios, en la televisión; galas solidarias con las que se pretende salvar el planeta, eso sí, solo una vez al año; comidas de empresa donde no puedes hacer otra cosa que emborracharte para que no quede demasiado latente que no tienes nada en común con el resto de compañeros...

Mil y una razones por las que cualquier ser con un mínimo de conocimiento, aborrecería estas fiestas, las odiaría a muerte, pero yo, con este conformismo del que en muchas ocasiones, en otras no, me siento excesivamente orgullosa, puedo afirmar, gritar y escribir con mayúsculas que

¡¡ME ENCANTA LA NAVIDAD!!
Sí, me gusta, y también los valores de solidaridad, compañerismo y encuentros que conlleva, por muy hipócritos que en realidad sean. ¡Me encanta la Navidad! ¿y qué?

06 diciembre 2006

137. Trabajar en fiesta

Sé que a simple vista 'trabajar un día festivo' es algo que no suena nada atractivo para el común de los mortales pero como siempre hay una excepción que confirma la regla, yo respondería en este caso al perfil de excepción...

Después de un viaje a lo más profundo de mi subconsciente, bueno o de donde quiera que esté la parte esa que te lleva a pensar y analizar en profundidad las cosas, he sacado en claro varias reflexiones positivas que expongo a continuación mediante distintos puntos (yo también puedo rozar la finura cuando quiero pero para que? si se puede decir lo mismo con menos tonterias...)

1-. El sueldo extra que se lleva mi bolsillo por trabajar en un festivo.

2-. La posibilidad (para mi mas una obligación porque no cuento con la llave) de comenzar tu jornada de trabajo a las 12.30 horas o, incluso, de venir directamente por la tarde y acabar como muy tarde a las 21 horas.

3-. La tranquilidad que se respira en la redacción durante el fin de semana.

4-. El compadreo entre los compañeros, algo impensable durante las jornadas diarias.

5-. Lo a gusto y rápido que se trabajan. Las páginas salen como churros

6-. La satisfacción de pensar que has aprovechado bien el día y que no lo has pasado perreando en el sofá porque ¿qué se puede hacer un miércoles festivo en Huelva capital sino perrear?

7-. Ir de modelito. Lucir tu mejor modelito sin que tus compañeros te miren raro porque como es festivo, se supone que puedes ir supermegalultra arregladita a currar.

8-. Aprovechar bien el tiempo para, de paso, escribir en este mi blog para que la gente no me tome por desaparecida y trastear por Internet hasta saciar todas mis inquietudes.

Por todo esto y por alguna razón más, que seguro se me queda en el tintero, o más bien debería decir en este caso en el disco duro, en la CPU o en el hard disk, puedo prometer y prometo que sí, soy rara, y me gusta trabajar un día de fiesta. Ahí queda eso!!!