04 febrero 2012

504. Yo me infravaloro, otros me sobrevaloran

Hoy nueva charla, hoy con el supremo. Individualizada. Personal. Muy de tu a tu. Que se note esa carácter especial que parece definirme. Cuando ya casi todos, todos menos una, se han marchado a despedir a S.. ¡Va a ser que sí que soy parte importante!

Explicaciones que solo me da a mi, porque dice que soy esa cuarta pata, porque habrá relevos y yo de entre todos, parezco ser la más indicada para coger el testigo. Si, no voy a dudar que la autoestima se me sube, aunque también es verdad que los primeros diez minutos han sido un nudo en la garganta que amenazaba con tranformarse en lágrimas. La decepción parece estar de paso.  Me he mantenido bastante entera. Al principio con la voz entrecortada, luego ya más tranquila.

Explicaciones y más explicaciones, razonamientos que yo no había tenido en cuenta. Debo aprender que esto ya no es un patio de colegio, que hay responsabilidades y que esta mi vocación (o simplemente un trabajo más, ya no lo sé) tiene mucho de buscarte la vida, mucho de ir y telefonear y no dejar a ver qué te dan.

Yo soy el ejemplo, dice, que todos deberían seguir. Yo no hago más que pensar en todo lo que a mí me gusta salir pronto, en todo lo que paso de algunas cosas, en cómo muchas veces creo que mi oficio no es más que un escudo, cuando comunicar ya no es lo que más me importa, cuando la ilusión de aquel febrero o marzo de 2008 es ya un mal sueño.

Tengo que buscar el equilibrio. Me infravaloro más de la cuenta cuando otros lo que hacen es sobrevalorarme. No quiero subirme a la parra pero reconozco que es cuanto menos halagador que ante mi desánimo te digan ciertas cosas, te levanten la moral y te propongan nuevas responsabilidades que suponen retos impensables solo hace algún tiempo, desafíos que auparán mi autoestima personal.

Todavía es pronto, hay mucho que decidir y S. sigue estando en mi cabeza. Ahora, con la frialdad que otorga el tiempo, cada vez estoy más convencida de que ella tampoco ha sabido cómo hacer ver que valía, pero sigo pensando que ellos tampoco la han dado la oportunidad que se merecía. Volvemos a lo mismo... ¡esto no es un patio de colegio!

Tengo que ser más cauta porque abro la boca más de la cuenta. Esa prudencia que dicen caracterizarme es solo una fachada que a la hora de la verdad no sé sopesar como se merece.

También me ha advertido de eso, de cómo cierta gente que no llega a los objetivos previstos contaminan a los buenos. En el fondo también cree que soy vulnerable, que me dejo llevar pero se equivoca en pensar que es porque el resto dice, sino por mis propios pensamientos que acaban envenenándome, instalando en mi un desánimo por cosas que no sabría ni explicar.

No me queda otra que esperar pero quizás, mi futuro sea más prometedor de lo que yo jamás hubiera imaginado...



02 febrero 2012

503. Un año sin fumar

Hoy se cumple un año de la decisión. Siendo totalmente sincera tampoco puedo decir que sea todo un año sin fumar porque hubo cierta boda en la que me subí a la parra y se me olvidó mi compromiso. Afortunadamente, supe parar a tiempo y que fuera solo el lapsus de una noche sin importancia.

Lo mejor que he hecho durante todo este año ha sido guardar aparte todo aquello que me gastaba en tabaco, bueno aproximadamente, porque realmente sería más de los 3 euros diarios que meto en mi cerdito.

UN dinero que he ido invirtiendo en caprichos de todo tipo, también a veces en llegar a fin de mes sin mover mi plan de ahorro.

El caso es que quizás hoy toque recuento de cosas compradas a lo largo de todo este año:

Cámara de fotos: 150 euros
Playeras EasyTone: 100
Revelado de fotos: 45 euros
Disco duro multimedia: 150 euros
Semana Grande de Santander: 90 euros (asi estoy yo, de todos los pinchos que te puedes comer con 90 euros :D)
Perfumes: 100 euros
Alfombras: 60 euros
Regalos bebes: 50 euros
Cenitas varias: 50 euros
Cubertería: 40 euros
Almohada: 40 euros
Ropa rebajas de enero: 160 euros

¿No esta mal eh? Me estoy dando cuenta de que en los últimos tiempos no han sido tan capricho como al principio. Mal. Tengo que volver al caprichazo de más de 100 euros. Á día de ayer ya asciende la cuenta a 78 euros de nuevo y acabo de decidir que el viaje a Roma me lo voy a pagar con el dinero del tabaco. ¡Eso sí que es un capricho!

Hace unos días dije a mis compañeros que para celebrar mi primer año sin fumar iba a llevar un bizcocho a la redacción pero con esta decepción que se me ha instalado me parece a mí que no tengo nada que celebrar de momento.

Ayer tocó charla reflexiva con dos de mis jefes. Está muy bien que me digan todo lo que valgo pero eso no quita que las cosas se hagan mal, o eso no me quita esa sensación de decepción que tengo ahora, de falta de respeto, de percatarme de que no soy más que la pieza de un puzzle que se desarma a la voz de ya.

Mi jefe tenía razón en ciertas cosas pero la desorganización y la desinformación no es buena en un oficio como el nuestro, en el que lo que intentamos es precisamente lo contrario. Me vino bien la charla, el sermón más bien, asi también tengo otros puntos de vista y en una ínfima medida ellos saben qué es lo que yo pienso.

Aunque no lo comprenda puedo entender el despido, sí, puede parecerme hasta normal echando atrás la memoria pero lo que no está bien son las formas, esa dictadura del ordeno y mando.

Me agrada que me digan que soy pilar, baluarte importante, eso me da seguridad pero ¿hasta qué punto?

Soy muy sentida y no puedo evitar ese nudo en el estómago, es voz entrecortada y esas lágrimas a flor de piel cuando me hacen consciente de esa inferioridad de poder.

Odio que me tiemble la voz.

01 febrero 2012

502. Despidos

No es la primera vez que echan a alguien del curro. Tampoco puedo decir que esté superacostumbrada pero lo cierto es que esta vez no ha sido como las otras, esta vez estaba yo más implicada con la persona, era compañera pero también amiga.

En Huelva nunca hubo despidos, la gente se iba cuando encontraba una oferta mejor en otro sitio, jamás tocaron a la plantilla más allá de algún que otro colaborador. Aqui, sin embargo, parece estar a la orden del día aunque las otras ocasiones no fueron para mí tan dolorosas.

La noticia ayer cayó como un jarro de agua fría, helada. Era algo inexplicable, acompañada de un cúmulo de cambios que hacen pensar en eso de que cuando las barbas de tu vecino veas cortar pon las tuyas a remojar.

Yo creo que no se lo merecía. Como todo el mundo tenía sus aspectos negativos, demasiada juventud quizás, o demasiado vehemencia, pero su trabajo tampoco era el más valorado del mundo, y de eso sí que puedo hablar por experiencia.

´Se va un apoyo fuerte dentro del núcleo duro y la falta de rendimiento... en fin, no seré yo quien lo juzgue, afortunadamente ése no es mi trabajo pero si fuera por falta de rendimiento, de eficacia o de efectividad quizás deberíamos todos, y digo todos, mirarnos más el ombligo.

Mi profesión no es fácil. Se aprovechan de que es un oficio, una vocación muchas veces para explotarte a cambio de unos pocos cuartos, un sueldo irrisorio y comparable al de otras puestos de trabajo para los que no es necesario tener ningún tipo de estudios.

Ayer se me cayeron las lágrimas cuando me enteré de que Silvia ya no volvería. Ha sido un golpe duro. No se acaba el mundo ahí y estoy convencida de que ella, con su arrojo y su fuerza, enseguida encontrará su camino, que espèro que la lleve hacia la docencia porque ella lo vale.