23 abril 2009

296. Se cierra el chiriguito hasta máximo el 8 de mayo

Tengo 15 maravillosos días por delante para olvidarme de la rutina diaria, para desconectar de todo lo que ahora forma parte de mi vida, para no pensar, para simplemente dejarme llevar...

Días de agradables encuentros, de emociones contenidas, de charlas interminables, de sensaciones inolvidables, de fervientes devociones, de cervezas compartidas, de recuerdos que se han clavado y forman parte fundamental e irrechazable de mi...

Buah, ahora mismo, en este preciso instante, si que tengo ganas de estar con mi otra gente, con esa que también forma parte de lo que ahora soy, con esa que no sé hasta que punto pudiera competir con lo que ahora tengo sin llegar a hacer tablas, como en el ajedrez. Esas personas con las que he compartido mil y una experiencias, esas que ya tienen su lugar de honor en mi memoria y también siguen formando parte de mi día a día, aunque a veces sea inevitable hacérselo saber tanto como me gustaría, aunque a veces los sentimientos no puedan transformarse en palabras y cada uno se tenga que conformar con un gesto, con una mirada, con una determinaa manera de comportarse, con una actitud, con una intrascendente conversación... pero eso, también me pasa aquí.

Estaba tomando una cerveza con mis compañeros de curro esta misma noche, para despedirme, y pensaba que a esa misma hora, tan sólo 24 horas despúes, Virgen de la Peña mediante, iba a estar hacieno lo mismo con mis ex compañeros de curro, aquellos con los que compartí, con idas y venidas incluidas, casi seis años de mi vida.

Estoy rozando la felicidad, aunque también estoy convencida de que aunque sean pocos días echaré de menos alguna cosa, seguro, pero esto, para mi satisfacción personal y afectiva, vuelve a ser un viaje de ida y vuelta con fecha tope de retorno. Eso creo que es lo que más me motiva.

Me encanta mirar las cosas desde otra perspectiva, y saber que mis días por el sur tienen fecha de caducidad, hace que vea mis vacaciones como eso, como unos días en los que fundamentalmente volveré a tomar contacto con esa gente que sigue ahí, y que no sólo se limita a mis compañeros de curro, o ex compañeros de curro, con los que me une una bonita si no amistad, que creo que con la mayoría si, si una especial relación. Estos días estarán cargados de vivencias y recuerdos, con mis padres, con mis tios, con mis múltiples primos, con mis amigos del pueblo, con mis compañeros de facultad, con una vida que hace más de 14 meses dejé, y sin ningún o contados arrepentimientos, atrás.

¿Por qué me gustará analizar tanto cada detalle, cada momento? Voy a intentar analizarlos, sí, pero en el mejor sentido de la palabra. Más que analizarlos vivirlos con intensidad, sí, definitivamente, eso quiero hacer, exprimir cada segundo al máximo, succionar cada palabra, cada gesto, para que así, refresquen mi memoria y mis recuerdos y la sensación de proximidad siga latente, siga ahí, aunque ya me separa de todo aquello 1.000 kilómetros de distancia y orgullosa y satisfecha, que quede claro.

Y poco más que decir, que creo que se me han subido las dos cervezas que me he tomado a la cabeza, quizás de ahí ese ataque de anhelada melancolía tras mucho pensar si era bueno ir pero sí, quiero ir y disfrutar de la romería, de intentar sentirme parte importante y esencial de aquello en este 2009, a sabiendas de que no lo conseguí en toda una década.

Quizás ahí este siempre el quid de la cuestión, me gusta sentirme querida, en todos los aspectos y allí sé de buena tinta que en determinados círculos, en otros no tanto, lo soy.

Definitivamente, voy a estar con mis padres, con mis amigos, con mi familia, con mis compañeros... simplemente con esto ya sé que, como dicen los Hombres G, Voy pasármelo bien!!!

Se cierra el chiringuito por vacaciones hasta nueva orden, es decir, que como mucho, hasta el 8 de mayo.

20 abril 2009

295.

¿Por qué cuando se aproxima la hora de reencontrarte con gente a la que hace mogollón que no ves los contactos se hacen más frecuentes? Podría decirse que es algo buscado, que si, que en algún caso si, pero hay otras veces que por esas casulidades del destino aparecen vía facebook, messenger, sms o teléfono.

Me está pasando estos días, también es verdad que estoy de descanso y tengo más tiempo para entretenerme a charlar largo y tendido pero es genial la sensación de saber que en una semana, dos a lo mucho, vas a volver a encontrarte con gente que en un momento determinado de tu vida fueron esenciales, indispensables más bien. Estoy hablando muchisimo con esa gente a la que veré en breve y está muy bien la sensación de que sigues siendo importante para ellos, de que el vínculo que nos une sigue estando ahí y que, con un poco de suerte, podramos recobrar la conversación por donde la dejamos la ultima vez. Mi primera compañera de Sevilla siempre me decía que un buen amigo es aquel con el que a pesar de estar mucho tiempo separados puedes hablar como si ese tiempo no hubiese existido. Era una bonita reflexión, a mi siempre me dio que pensar.

Como el abuelo cebolleta recordaremos aquellos tiempos de facultad, aquellas romerías de antaño o aquel día a día en el curro... hoy he estado hablando de gente de la que hacía mucho tiempo que no me acordaba y a quienes, por lo que se ve, la vida les trata bien. Me he alegrado, la verdad, aunque me hubiera gustado comprobarlo por mí misma pero ya se sabe eso de que... ya habrá veces. Decididamente, este año no voy a ir en verano a la fiesta, concentraré mis esfuerzos para escaparme de bodorrio, a ver si san ryanair me echa una mano y el calendario de libranzas me es favorable.

Sigo con la maleta, ya está en un 80%. Sólo falta que llegue el jueves y saber a ciencia cierta lo que dice montesdeoca (bueno uno de sus sucesores).

19 abril 2009

294. Preparativos viajeros confusos

¿Frio o calor? Ya he sacado las maletas del armario. Primer paso. He estado media hora para decidirme si una mediana o una grande. Al final, he dejado las dos y donde me entre, esa me llevo, que Bartolín no está ya de autobus y el maletero ya lo tengo lleno de cremas de orujo y corbatas... y falta saber qué querrá llevarse Karen para cinco dias, madre del amor hermoso!!!.

Segunda odisea. ¿qué ropa llevar? Ir en primavera es lo peor. Nunca sabes como acertar. Si vas de verano corres el riesgo de morirte de frio y se vas de invierno, logicamente, de morirte de calor. Aggghhh. Saco toda la ropa que me gustaría llevarme de invierno, la pongo encima de la cama y... ya me he cansado, mañana seguiré.

¡Qué pereza me da! Estoy muy ilusionada por ir, por ir con Karen, por ver a mis padres, a mi familia, a mis amigos, a mis compis del periódico, a mis compis de la facultad... pero, por otro lado, ahora mismo me da un poco de... no sé si llamarlo pereza. Sé que una vez alli, pase lo que pase, va a ser diferente, me pasará como en verano, como en octubre, que ya las cosas se ven diferentes, menos mal que la romería y la virgen de la peña ya son por si especiales. Tengo ganas de oler, sí, de oler, ¡con qué poco me conformo! oler a azahar, oler la caldereta de la casa fondos, oler el paraíso de enfrente de mi casa en la mina... hasta oler los cagajones de los caballos.

También tengo ganas de ver... ver que aunque en los pequeños detalles las cosas cambien en lo sustancial el tiempo no pasa, que todo sigue en su sitio. Esa ermita, ese peñón, esas casas blanqueadas, esa corta, esa gente tan especal, ese cielo azul...

Ganas de tocar... de estar en mi pequeño paraíso de tranquilidad, tocar sus rejas, tocar las manos de mi padre, la cara de mi madre, tocar esas fresas recién cogidas, pasar las manos por cada mueble de mi casa y sentir cómo van contando historias, cómo van recordando tantos buenos ratos pasados.

Ganas de probar... esos gurumelos, ese rebujito, ese ponche con cocacola, esas fresas, ese puchero familiar, esas gambitas de huelva, ese jamón, esos chocos, esa caldereta, esas rosas, esas tortas... mmmm, cierro los ojos y también me traen muy buenos recuerdos

Ganas de oir el pito y el tamboril, el rasgueo de guitarras, esos cantes por Huelva, esas tonás a la virgen, el trotar de los caballos, los gallos despertandote por la mañana... o acompañandote cuando vuelves a casa después de una noche de fiesta, escuchar ese rozar de las espadas por el suelo, oir hablar en andaluz, ori la jauría de los perros, oir el silencio...

Me da, no sé si llamarlo pereza, quizás sea miedo de echar de menos algo que ha formado parte de mi, no, creo que simplemente es añoranza, aunque realmente sé de buena tinta qué aquello ya no es la vida que quiero.

Hay veces en los que el aburrimiento no existe, a pesar de reunir todos los condicionantes para hacerlo, para aburrirte, digo. Estoy segura que no me aburriré pero volveré a sentir que ya no formo parte de aquello, lo miraré con distancia, aunque esté encantada a cada segundo, con cada detalle, con cada conversación, con cada 'hola, qué tal te va'. Pero volveré a sentirme desprotegida, descontextualizada pero a gusto, siempre a gusto con quienes también son los míos. Esto de sentirte parte implicada en dos sitios distintos, es difícil, pero todo es cuestión de tomarlo con pasión y de ser consciente de que cada segundo es único, inolvidable e irrepetible. Esa va a ser mi filosofía y mis sentidos los van a disfrutar. ¿Más ropa de invierno o de verano?

17 abril 2009

293. Lo peor del aburrimiento.

Tengo fobia a estar en casa. Sí, definitivamente, tiene que ser eso. Tampoco es que mi casa disponga de todas las comodidades, todo hay que decirlo pero se me cae encima.
A ver, si tengo cosas que hacer pues se me pasa el tiempo volando o cuando me he hecho de la idea de que no voy a salir pues busco en qué entretenerme pero hay veces, como hoy, en que no me apetece nada estar aquí encerrada, en los que me da igual lo que echen en la televisión porque no me motiva y se me ocurren mil sitios donde podría estar mucho mejor, pero no, hoy no va a ser uno de esos días, lo presiento, que narices, lo sé y de muy buena tinta.

Tampoco es que me venga mal no salir. De hecho, me viene muy bien después del tute de la semana pasada... dormir ocho horas seguidas está muy bien pero hoy, no me apetece, será que me ha sabido a poco.

Ainsssss, fus, fus, siempre positivo, es lo malo del aburrimiento, que te da por pensar. Pues no, voy a hacer eso que me queda pendiente.

Pensándolo bien, voy a aprovechar para hacerme una cena de esas inolvidables. Mira, sí, no hay mal que por bien no venga. Mañana será otro día.

12 abril 2009

292. Planes semanasanteros

He trabajado, sí, pero he vivido el puente de Semana Santa intensamente, hasta el punto que incluso me he ofrecido en el periódico para ir a cubrir la procesión de Jueves Santo... será que echaba de menos la actividad cofrade onubense.

Todo empezó el miércoles. Un día duro, muy duro de trabajo, de esos que sales a las mil y acabas, sin saber muy bien como y cuando había planes mejores, en el bar cercano al curro, rodeado de compañeros que, al igual que tu, buscan en una cerveza y en conversaciones intrascendentes olvidarse de ordenadores, llamadas y ajetreos varios. Un día que más que andar te arrastras pero que luego, aún con algún remordimiento, acaba mereciendo la pena por la compañía, por la cerveza que se convierte en tu aliada. Al final, la cuenta ascendió a tres medias y a un reloj que ya ni marcaba las horas.

El Jueves, después de trabajar, después de ver esa salida procesional santanderina, celebrábamos una nueva fiesta, la del número 400, cualquier excusa es buena para reunir a la que ya es casi como tu familia, al menos pasas más tiempo con ellos que con el resto de la humanidad. Copas, copas y más copas. Charla, charla y más charla. Bailes, bailes y más bailes. Otra nueva gran noche quedesembocó en un viernes lluvioso que truncó mis planes de conocer Tresviso.

El viernes no trabajaba y eso había que aprovecharlo. Se cambia Tresviso por Vega de Pas, por una feria agroalimentaria donde no nos pudimos despegar del paraguas. Tarde de búsqueda, de búsqueda de una pastería donde poder encontrar algo que llevar al evento nocturno, una cena en casa de un compañero del curro.

Llega a casa, sube, deja los tupper con la comida para el día siguiente que tu hermana ha tenido la amabilidad de hacerte, vuelve a bajar y comienza otra vez con la cerveza. Antes de la primera caña pensé que iba a morir después de un resacoso día pero fue dar el primer sorbo y animarme. Suena el movil. Ruta por los bares del pueblo y huida a cenar. Seis comensales y un gato. Muy buen ambiente. Vino bueno. Conversaciones amenas. Música... de la música prefiero no hablar. Dios, si son cerca de las cuatro de la mañana. Suena el móvil. Ohhh. Puffff, mañana otra vez al curro.

Sábado terrorífico y soporífico. Las ojeras ya me llegan a la barbilla pero el puente aún sigue en su ecuador. Noche de nuevo encuentro. Pinchos y cervezas por Santander pero todo en su justa medida, hay coches de por medio. Suena el movil. Me divierto mucho, me río pero el cansancio empieza a llamar a mi puerta, a mi cabeza y a mi cuerpo más bien. Dicen que una retirada a tiempo es mejor que una victoria. Y ha sido una buena noche.

Domingo. Esto va llegando a su fin pero aún queda lo mejor, pienso. No tengo resaca. Día tranquilo. Café redaccional mañanero y teletubbies. Reirse laboralmente sigue siendo un privilegio compartido. Gracias, teletubbies. Pienso en esa siesta que me podría echar al mediodía pero que nunca llega porque prefiero cambiarlo por un café madrileño impregnado de reformas, buhardillas y propiedades. Llega la hora de la entrevista. Me encanta la gente sencilla, la que no airea apariencias. Una bonita conversación que tengo que volver entrevista. La tarde avanza. Ya es la hora. Venga, con decisión... Se me queda cara de tonta y hago pucheros. No podía ser un finde redondo. Así es la vida. Ya no tengo prisa. Acabo a las nueve. Hoy la cosa, encima, va muy bien. Todo terminado. Sigo con pucheros. Nueva conversación. Jeje, ya estoy más contenta. Pues nada, me voy a casa. Hasta mañana, compis. Mañana más.

¿El balance? Positivo, siempre positivo

07 abril 2009

291. La llamada

Cuando llega el martes de mi descanso hay un momento horrible, bueno tampoco es que sea horrible, es el momento en que despiertas del sueño en el que te has visto envuelta durante cuatro largos días. Suele llegar pasadas las diez de la noche, aunque también es cierto que, en contadas ocasiones, llega antes de que el reloj marque esa hora. Significa también el fin de la que periodisticamente nosotros llamamos la 'happy hour', esa hora que transcurre de 9 a 10 y en la que la redacción, por lo general, es un caos de estrés, nervios y prisas por intentar cerrar en hora, una misión imposible la mayor parte de las veces.

Concretamente, es el momento en que mi compañera me llama por teléfono para contarme las previsiones del día siguiente, para comentarme las novedades, para repartir tareas, para devolverme, en definitiva, a la 'cruda' realidad, que en realidad no es tan cruda. Escuchar el tono del móvil, ese específico para cuando me llaman del curro, uno de los que vienen por defecto en los moviles, es volver a pisar tierra firme, saber que lo bueno se acaba, y cuando lo bueno ha sido muy muy bueno, despertar es difícil, complicado y duro, excesivamente duro. Es como volver a enjaularte, regresar a la guarida para invernar, como saber que el desahogo se acaba y que, de nuevo, tienes que estar pendiente del reloj, atenta al teléfono, mirando previsiones, pergeñando a quién le harás la entrevista de rigor, activando los cinco sentidos para que no se te escape nada, conformarte con recordar lo bueno vivido para que, otra vez, vuelva a estar todo bajo control. Porque ¿qué es mejor? ¿dejarte llevar o pensar?

Mi trabajo me gusta, me encanta diría yo, pero también me encanta tener libertad para poder disponer de mi tiempo, aunque mi tiempo se vaya mirando las musarañas, soñando o sonriendo constantemente sin saber, o a sabiendas, del por qué...

Otras veces me pasa más desapercibida pero hoy he sido consciente de esa llamada, sabía lo que entrañaba y he dejado de volar para comenzar a coger palitos, uno tras otro, para poder hacer mi nido. Sin embargo, esta semana es diferente. La voy a mirar desde otra perspectiva. Tengo un día libre en medio, así sin más, todo el mundo lo tendremos y mi periodo de trabajo tampoco va a ser tan largo como otras veces, un día menos, dos si contamos el viernes. Mis vacaciones están por medio pero antes de que lleguen tengo aún unos cuantos días libres, de viernes a lunes, para volver dos días y volver a respirar ¿sur?...

05 abril 2009

290. Domingo de rebujito

Hoy ha sido uno de esos domingos en los que cuando está a punto de acabar, cuando vuelves a casa y haces repaso de lo que has hecho, eres consciente de que ha sido un gran domingo, algo que no suele ser lo habitual.

He ido a buscar a mi hermana y nos hemos ido a tomar la primera caña en un bar de Vargas, que por cierto, estaba lleno de gente. Después, hemos ido a Sarón, que celebraba la feria de abril. Yo no sabía muy bien qué era eso pero todo el mundo nos decía que había un ambientazo increible.

Y no nos engañaron. La feria de abril de Sarón no es más que una forma de reunir gente en dicho pueblo para que se tome allí las cañas, el vermú o los blancos. Todos los bares se ponen de acuerdo, cuelgan las tipicas banderitas de feria, sirven rebujitos y finos (además de las bebidas típicas) y no hacen más que sacar tapas y más tapas. Ah, y lo más importante, todos los bares tienen sevillanas, rumbas... flamenquito, vaya.

Y allí hemos estado desde las 2 de la tarde hasta las 8. Un rebujito aquí, otro rebujito allá, otro más en aquel lado... muchos rebujitos, en definitiva. El primer sorbo al rebujito ha sido revelador. Sí, no puedo evitarlo, pero me han venido los recuerdos de la romería, de mi romería. Qué poco queda para volver a vivirlo! Ha estado genial porque se me venían a la cabeza conversaciones, imágenes, canciones... recuerdos en definitiva. Hay que ver lo que llegas a revivir con simplemente un sorbo de rebujito, un olor o simplemente una canción.

Ha sido un gran día. Había muchísima gente, muchísima en algunos bares. Toda la gente fuera, bebiendo y comiendo porque el día, aunque un poco frio, acompañaba. He visto a mogollón de gente conocida y hasta hemos estado un rato con mis primos.

Ha sido guay y hoy he descubierto que cuando sea mayor quiero ser como mi hermana. ¡Pero qué ganas de fiesta puede tener! Me tiene reventada. Ocho horas de pingo y todavía se queda con ganas... y yo matada!!! Hemos cantado, hemos bebido, hemos charlado, nos hemos reido... me lo he pasado taann bien!!

Ya se sabe eso de que a falta de pan, buenas son tortas!.

02 abril 2009

288. Y una más!!!

(Este año he hecho doblete y he escrito también en la revista de la hermandad capitalina pero ya se sabe eso de que sarna con gusto no pica y más cuando alguien está lejos de esa tierra que, me guste o no, también forma una parte importante de mi vida. Fran, ya me dirás que te parece esta, pero que digo yo que podías hacerlo con un comentario aquí, no por el messenger, jaja, que así queda constancia de que te gusta. Oye, y si no teneis plan, os invito a conocerla y asi nos vemos. Es el último domingo de abril. Os gustará y os pilla a un par de horas! Piénsatelo.

¡TODOS SOMOS PEÑEROS!

Hoy, antes de ponerme a escribir, he entrado en la página web de la Hermandad de la Virgen de la Peña de Huelva (www.labalsita.com). No es la primera vez que la visitaba pero nunca había escuchado el pito y el tamboril como música de fondo. ¡Qué gran acierto para los que estamos tan lejos!

Inconscientemente he cerrado los ojos y he olfateado esos olores que me resultan tan familiares y que irremediablemente me recuerdan al anhelado mes de abril. El azahar se ha entremezclado con los aromas de otras plantas que, a pesar de no saber nombrar, forman parte ya de mis recuerdos olfativos. También he podido saborear la tradicional caldereta de la Casa de Fondos. He visto a los puebleños afanarse en blanquear sus casas y he notado esas miradas risueñas. Agudizando el oído he podido adivinar el trotar de seis caballos por las empedradas calles y aquí, a mi lado, contemplando toda la escena, mi paraíso onírico, he sentido, sí, a la Virgen de la Peña. Parecía sonreír…

Este año para muchos será igual que el pasado, también igual que el que está por llegar. Sin embargo, para los que sentimos esa profunda admiración y devoción por la Reina del Andévalo, 2009 no es un año cualquiera, en realidad, está lejos de ser simplemente un año más.

Estos doce meses, más que nunca, son especiales para todos nosotros. No hay duda de que será incomparable para los que tuvieron la suerte de nacer en la falda del Cerro del Águila, en Puebla de Guzmán, y especialmente para los que tienen la fortuna de seguir residiendo allí, que vivirán todo lo que rodea a la Coronación de nuestra Virgen de forma, quizás, más intensa.

No obstante, la fe no tiene límites ni condiciones, no entiende de fronteras y ni tan siquiera de razones y, por supuesto, está lejos de tener dueños más allá de Ella, que es quien gobierna, vela y guía a sus devotos. Por eso, estoy convencida de que, independientemente de donde nazcas, de donde vivas o de lo que seas, 2009 será igual de único para todos aquellos que heredamos de nuestros mayores, sin más mérito, un fervor que sobrepasa la línea del sentido común y que apenas nos ha costado conservar. Ella, esa grandiosa Virgen de la Peña, nos lo sigue poniendo muy fácil. Como también estoy segura que será irrepetible para quienes la conocieron por casualidad, por un capricho del destino o por esos “inescrutables caminos del Señor”, para todos aquellos que bebieron hasta apasionarse de una devoción mariana bajo la advocación de Peña. Una pasión que les embauca como a todos nosotros, que hemos decidido caminar hacia Ella, con Ella, por mucho que alguno se empeñe en adueñarse de lo inadueñable.

Esta romería va a ser especial para todos los devotos, pero también para vosotros, para los responsables de la edición de esta revista, para todos los miembros de la Hermandad de la Peña de Huelva que este año, coincidiendo con la coronación, celebráis dos décadas al servicio de la Virgen, que supisteis extender la fe más allá de las a veces infranqueables barreras puebleñas, consiguiendo aportar también un valiosísimo grano de arena a esta coronación. Hija de puebleños emigrantes egresados tras cuarenta años fuera, hace más de un año que volví a mi tierruca, Cantabria, después de casi una década residiendo en la que también considero mi tierra, mi otro pedazo de terruño.

Mi despedida de Huelva no pudo ser más afortunada. La última información que escribí en el periódico donde trabajaba anunciaba la decisión del obispo José Vilaplana de coronar canónicamente a nuestra Virgen de la Peña.

Recuerdo que hablé por teléfono con el párroco de Puebla de Guzmán, Santiago, y me confirmó que para que una imagen sea coronada Reina tienen que reunirse una serie de condiciones, entre ellas, me dijo, que la imagen gozara de una probada devoción, no sólo en la Puebla sino más allá de esas fronteras. Y es en ese punto donde la Hermandad de Huelva tiene mucho que aportar. Veinte años de infatigable trabajo ha dado sus frutos. Vuestro tesón, vuestro trabajo y vuestro esfuerzo ya han cosechado sus primeros triunfos. No me cabe duda de que la Virgen de la Peña es sobradamente conocida en La Orden, donde tenéis vuestra sede, pero también en toda la capital gracias a los diferentes actos que organizáis y en los que participáis.

Sin duda, este año será inolvidable para todos. La coronación llegará con el verano pero antes, durante la romería, a la que este año, si mi Virgencita de la Peña me lo permite, no faltaré, servirá de ensayo general. Ahora más que nunca todos debemos volcarnos por igual por hacernos merecedores de su piedad y clemencia. Todos unidos debemos pregonar con más ímpetu y fuerza que nunca nuestras plegarias y esos vítores que salen desde muy dentro, de las entrañas, o desde ese misterioso lugar que llaman alma y que encierra un mensaje de amor sencillo pero lleno de respeto y humildad:
¡Viva la Virgen de la Peña!

Y también y cómo no,

¡Viva su Santísimo Hijo!
¡Viva Puebla de Guzmán!
¡Vivan sus devotos!
Y, por supuesto, ¡Vivan todas sus hermandades!


Santander, 1 de marzo de 2009
Gema V. Ponce Gañán