232. ¿Quién dijo que no se podía salir un lunes?

Hoy no trabajo y ayer, al terminar, en lugar de venirme a casa me quedé tomando una caña con los compis. Pero, lo típico, una caña lleva a otra, y otra a otra, y a otra más... y cuando quise darme cuenta los rezagados estábamos en el centro de Santander aprovechando la 'fiesta' de un lunes por la noche.

Gente no había, para qué nos vamos a engañar, pero garitos abiertos siempre quedan. Siempre hay opciones y a lo tonto a lo tonto me dieron las mil. Sería que estaba a gusto!

Sin embargo, hoy no me está cundiendo el día todo lo que a mi me hubiera gustado y encima sigo cansada, muy cansada. Ahora, cuando estoy a las puertas de la Operación bikini he decidido aprovechar la tarde caminando y voy a recorrer parte del sendero que va de Cabo Mayor a otro lugar donde hay una ermita con una Virgen dentro (por eso de que no salga mi page cuando alguien busque informacion sobre esa ruta).

En fin, deportes al poder

231. Domingo de Peña

Domingo de Peña y después de muchos años, casi una década, no puedo estar a tu lado, no puedo acompañarte en tu pasear hasta la pisa del potro, no puedo compartir charlas y cantes con la familia, no puedo colocar caras a nombres tantas veces mencionados, no puedo reencontrarme con seres queridos, no puedo ir a verte cuando te posen ya en tu altar...

Me ha costado no estar ahí contigo, no podrías ni imaginarte cuanto, mucho más de lo que fuera imaginable.

Yo sabía que hoy iba a ser un día duro. Pero tu te has encargado de que las lluvias se conviertan solo en nubes.

Pese a no estar ahí, pese a mi sonora melancolía, pese a mi triste mirada, hoy ha sido un gran día. Mi hermana se ha encargado de que así sea. ¡Gracias!

230. El niño y el peluche

Había una vez un niño pegado a un peluche. Iba a todos lados con el peluche. No podía hacer nada sin él. Andaba como él, maullaba como él, miraba como él, comía como él...

Su entorno siempre creyó que era como un totem, un Dios preciado y querido por el pequeño y dejaron que todo siguiera su curso. "Ya se le pasará", decían. Tarde o temprano madurará.

Pero el niño iba creciendo y crecía y crecía y en vez de separarse del peluche, lo que hizo fue estar cada vez más cerca de él, sintetizarse en una simbiosis abrumadora hasta tal punto que llegó un momento en que resultaba muy dificil diferenciar quién era el peluche y quien era el niño.

229. El niño y la luna

Había una vez un niño fascinado por la luna. Quería ser como el astro, sin embargo sabía de sobra que las lunas eran insignificantes si las comparabas con el sol. Quizás de ahí viniera su atracción ante lo distinto. El niño siempre habia sido antes que nada sol y encontrarse de buenas a primeras con esa luna le desconcertaba.

El niño aún no conocía los beneplácitos nocturnos, era totalmente diurno y por eso cuando llegaba la noche y aparecía la luna su mundo se cambiaba e intentaba en vano ser al menos una estrella que pudiera acercarse a la luna. Ya, ni siquiera pedía ser Amstrong y llegar a pisarla, simplemente se conformaba con estar cerca de ella aunque el miedo a lo desconocido se apoderaba del jovencito niño que a duras penas sabia como plantar cara a la veterana luna.

Aún así, llegó un momento en que la luna quiso eclipsar al niño que, atónito, no podía dar crédito a lo que presentía pues la luna que habia hecho propio el refrán de mas sabe el diablo por viejo que por diablo intentaba de forma sutil que el niño cayera definitivamente rendido a sus pies.

El niño, ingenuo a la vez que desconfiado, se sentía halagado al verse seducido por la luna aunque el miedo y la razón que le faltaba a la luna acababa haciendo mella en el niño que finalmente decidía poner pies en polvorosa y refugiarse en su cálido sol.

228. El niño y su amigo

Había una vez un niño que encontró al ser más maravilloso del mundo. Nunca imaginó que una criatura pudiera ser tan perfecta. Tenía todo lo que siempre buscó. Era todo lo que quería. No necesitaba más. O eso creía él.

El niño estaba tan fascinado que aunque intentaba que su vida siguiera su curso, acabó dependiendo totalmente de su nuevo amigo. Era como si poco a poco ese ser maravilloso fuera chupándole su existencia, le fuera robando un poquito de su yo. Y su nuevo amigo, su nuevo compañero de viaje fue haciendose fuerte poco a poco, fue consiguiendo que el niño solo viera por sus ojos, solo bebiera por su boca, solo sintiera por sus manos, solo oliera por su olfato.

El niño abandonó lo que hasta ese momento habia sido su mundo y se entregó en cuerpo y alma a su nuevo amigo. Y cuando el ser lo tuvo todo, cuando ya no podía conseguir nada más del niño, un buen día, sin más, le dejó.

227. El niño y el mar

Había una vez un niño que no alcanzaba a comprender la inmensidad del océano, que cuando acudía a la playa simplemente veía agua, sin ni siquiera pararse a pensar que ese agua, ese que se extendía por todo el horizonte y que se perdia allí donde la vista no le llegaba, no terminaba ahí sino que era en realidad la puerta al mundo, al conocimiento, al planeta, a lo magnificiencia...

Nunca lo supo. Pero tampoco le importó a pesar de que quizás cuando la cordura lo abandonaba, percibía que el mar no acababa en ese punto que él creia y final. Jamás llegó a descubrir que más allá de donde le alcanzaba la vista, había más. Tampoco le importó. Jamás pudo descubrirlo y, sin embargo, vivió feliz, muy feliz.

226. Nueva frase lapidaria

Tengo tantas y tantas cosas que contar que no sé por donde empezar y como ineludiblemente siempre voy a tener que relacionarlo todo con mi trabajo actual... y ahora mismo no me apetece, hoy simplemente voy a dejar una frase, que he visto buscando algo relacionado con el curro, está claro, pero que me ha gustado.

Pondría la fuente pero es que por mas vueltas que le doy no consigo acordarme donde narices la he visto.

La de los kilometros voy a olvidarla, que ya no me separan de nada, ahora esto va a ser mi filosofia de vida.

¡¡¡Si la vida te da limones, hazte limonada!!!

225. Resucitando...

¡¡Ya no me acuerdo ni como se escribia un post!!
11 de abril. Hoy hace exactamente dos meses que formo parte de un nuevo proyecto, hoy hace dos meses y dos días que aterrice de nuevo en la tierruca.

El balance positivo.. muy positivo, la experiencia inigualable, inolvidable y, a pesar de todo inmejorable. A cualquier periodista le tendrian que dar la oportunidad de formar parte de una nueva publicación y, además, de formar parte de un nuevo periodico con la plantilla que tiene este. Aunque como todo tiene sus excepciones, la ansiedad, los nervios, el estrés no han hecho a nadie perder el control, ni que haya una palabra por encima de otra y eso, cuando hay dinero de por medio, es dificil de conseguir.

>En dos meses apenas he tenido tiempo de nada. Solo trabajo, trabajo y mas trabajo. JOrnadas de 12 horas muchos días pero jornadas agradables y haciendo lo que mas me gusta.

Pensaba que no pero diez años es mucho tiempo y se nota, se nota mucho en todo. La adaptación me esta costando mas de lo que creia. Aún no me desenvuelvo bien pero bueno tampoco es algo que me preocupe en exceso porque como diria mi madre 'cada cosa requiere su cosa' que aunque de primeras pueda parecer una redundancia tonta, en realidad tiene mucha profundidad.

Creo que lo voy a dejar porque no tengo ni la mas minima gana de escribir pero lo tenia que hacer y lo haré mas a menudo porque ya tengo internete en mi casa. Soy una persona 'moderna'.