29 septiembre 2010

407. Sorpresas youtubescas

Esto de youtube es la pera! Ayer me he visto en un vídeo de hace 3 años de un desconocido con el que debí cruzarme en su camino.

Hombre, la verdad es que no era difícil. Quería ver algún vídeo relacionado con mi otra tierra, la de allá, cuando estoy no de bajón pero sí nostálgica o melancólica, me ayuda mogollón ver todo aquello. La cosa es que desde la última vez que lo hice han pasado ya varios meses y, en ese tiempo, han colgado muchísimos vídeos más. Reconozco que no los ví todos. Este de 2007 fue de casualidad, por dar a uno al azar y, zas!, ahí que sale un primer planazo mío siguiendo a mi segunda madre por aquellos cerros de dios. Tenía el pelo naranja pero de un naranja excesivamnte chillón. G. ese color nunca mais.

Lo mejor de todo es que también han colgado un reportaje que el canal de televisión autonómico emitió en 1992, SÍ; EN 1992... HACE LA FRIOLERA DE 18 AÑOS y ohhhh, fue espectacular el momento. Ví a gente a la que me costó reconocer, otra que por desgracia ya no está aqui con nosotros y que dejaron buena huella y, entre unas y otras, como en un flash rápido, VI A MI MADRE. Qué subidón!, menos mal que esto no se ralla porque si no le di para atras y para adelante 10 veces para cerciorarme de que era ella, con 18 años menos claro, no le dí ninguna. Y, sí, estoy en un 90%convencida de que es ella, riéndose como siempre.

1992 fue el primer año que yo fui a la romería, al menos que yo lo recuerde conscientemente. La gente que no lo vive no puede entenderlo, pero eso no quita para conseguir que sea especial. A partir de ese momento sólo he faltado 2 años a la cita del último domingo de abril: la primera fue por tema de estudios, ese año de COU que los exámenes finales casi que coincidían con esa fecha y donde me jugaba dar ese giro de 180 grados q en aquel momento tanto deseaba. La segunda porque ese giro volvió a hacerse efectivo y deshice el camino andado.

Es una pena que mi vídeo haya dado ya sus últimos coletazos. Bueno, también comienza a ser lógico, tenía más de 25 años. Este invierno lo hubiera dedicado a ver todos aquellos vídeos antiguos.

26 septiembre 2010

406. Sin más caídas

Me siento bien! Hace casi tres años, esa canción de los Hombres G se convirtió para mi en una especie de declaración de principios, de intenciones y hoy, ha vuelto a mi cabeza porque realmente responde a mi estado de ánimo.

Por fin me siento auténticamente liberada, por fin he comprendido que no merece luchar por lo que no vale la pena. Todo es cuestión de hacer una lista de prioridades o de pros y contras, de desidealizar, en definitiva.

Y cuando desidealizas, el globo se deshincha tanto que ves todo claramente, ves más cosas negativas que positivas y por fin respiras. Eso he hecho yo estos días, hasta tal punto de volver a quererme, de hacerme fuerte, de rodearme de la gente que realmente se preocupa de mi porque al resto, no merece la pena ni mirarles a los ojos. Pensaba que era despecho pero no, es simplemente abrir los ojos y ver que al fin desapareció el espejismo.

Ayer fue un día genial. M y N se casaban y fue un día redondo en todos los sentidos. Me sentí querida, observada y admirada y eso, eso vale más que los despojos a los que estaba acostumbrada.

El poder de la música, de las letras de las canciones me hace revivir, me hace plantearme mi vida desde otras ópticas y eso siempre es bueno.

He intentado que todo quedara bien. Ayer lo intenté porque, bueno, se lo debo a alguna gente que no tiene la culpa de nada. Sin embargo, el silencio fue todo lo que recibí por respuesta. Para mí era como la última oportunidad de no degradar las cosas totalmente, de quedarme satisfecha porque en realidad no me habia equivocado tanto de persona pero, una vez más, no es así. Ahora sé que algo así no merece la pena, sino más bien todo lo contrario. Hay gente que no sé muy bien quien les enseñó a ser personas.

Pero bueno, a otra cosa mariposa. A seguir siendo feliz cada día, a ocuparme de quienes realmente merece la pena y he tenido tanto tiempo desatendidos por egoismo propio, por querer, por centrar mis esfuerzos en un único objetivo.

He vuelto a levantarme y ahora mismo nadie puede hacer que vuelva a caer.

21 septiembre 2010

405. Frases para salir del atolladero

Es imposible luchar contra ciertas cosas. Y lo peor es que no puedo cambiar nada. ¡Qué impotencia! No puedo cambiarme a mi misma y en este momento tampoco puedo ser indiferente. Por más que le doy vueltas no puedo dejar de pensar cómo me pude equivocar tanto,cómo me pude conformar con tan poco. Ya se sabe que el hombre es el único animal que vuelve a caer en la misma piedra.

Dice Milan Kundera que los amores son como los imperios, que cuando desaparece la idea sobre la que habian sido construidos, mueren también ellos. En eso me he estado centrando esta semana, en buscar todo lo malo que había y, en realidad, habia mas malo que bueno, pero eso no es suficiente, y no es suficiente porque aunque me empeñe en lo contrario, llegando a conseguirlo, el nudo sigue apretando. Ojalá yo podría ver esta película desde el otro lado algun día... pensándolo bien no, el sufrimiento es muy grande o quizás sea rutina, te acostumbras a algo y aunque te lo den racionado, no haces adicto a ello.

Sé que esto no es eterno, con un poco de suerte y con mi optimismo, no durará mas de unos días, unas semanas a lo mucho, pero no hay peor forma de extrañar a alguien que estar sentado a su lado sabiendo que no hay nada.

La no reciprocidad es lo que tiene, ¿por qué no me tocará nunca estar en el otro lado de la balanza? Es mi condición, esa es la respuesta.Pero no, definitivamente no me gustaría ver a nadie así.

Sé que llegará un momento en que todo vuelve a su cauce, ya se sabe eso de que después de la tormenta siempre llega la calma pero yo hoy, en este preciso momento, cuando me veo en la necesidad de escribir aqui para sacar de dentro todo lo que tengo, he vuelto a derrumbarme.

Sí, lo reconozco, me sentía fuerte y, sin embargo, hoy, en este preciso momento, he vuelto a caer. Es lo que tiene que se te acumulen mil movidas distintas y un cansancio acumulado del que me desprenderé el próximo fin de semana. Será el tiempo suficiente para volver a armar mi armadura, para no dejar ni siquiera una rendija abierta en esta puerta que al fin, por fin, se cerró.

Si es que sé que no puedo conformarme con tan poco.

Sí, ahora han vuelto los fantasmas, afortunadamente siempre es momentáneo. Mañana será otro día y estaré contenta y, entonces, no me hará falta escribir aqui.

18 septiembre 2010

404. El puente entre las dos orillas

No puedo evitar hacer montañas de granos de arena, por muy pequeños que estos sean. Está en mi condición, supongo que se deba también a no tener problemas excesivamente importantes a los que enfrentarme, afortunadamente por otro lado.

Pero cuando se rompe mi equilibrio, todo se descompensa y, aunque lo intente, no puedo disimular que todo va bien. A pesar de que pongo todo mi empeño en aparentarlo. Si duele, duele y aunque no quiero compasiones, tampoco quiero tragar, hacerme daño a mi misma luciendo una falsa sonrisa. Lo he intentado, pero está claro que aún la herida está abierta y como todo, cicatrizará, pero no me pueden pedir ni yo puedo conseguir que sea algo inmediato.

No quiero dar pena, no quiero hacerme la víctima, eso es sinceramente así, pero por otro lado no puedo hacer como si todo fuera igual. Sigo pensando que esto es lo mejor que me ha podido pasar en mucho tiempo, mi cabeza así lo cree, estoy firmemente convencida de que algo tan bonito no puede ser tan doloroso y yo, por este apasionamiento o esta forma de ser tan peculiar, tan desafortunada, más bien, tengo una lucha contra lo que sé que es lo más correcto, lo más coherente y lo más maduro, hay no puedo quitar la razón a nadie, y mis propios sentimientos, que son los que hacen la puñeta.

La cabeza a estas alturas tiene mucho más peso y eso es realmente lo importante. De hecho, ya había vuelto a recomponer el puzzle, y el rumbo de mi vida seguía tan normal, o muy cercano a esa línea de la rutina. Pero eso muchas veces resulta una fachada, no, no es exactamente una fachada, pero es lo que se llama vivir. Levantarme aunque los pies me tiemblen. El problema es que en ese estado, basta cualquier nimiedad para que los pies fallen y vuelvan a caer. Por eso, como el tiempo se encarga de poner a cada uno en su sitio, todo pende de ese factor. Sé que todo volverá a la normalidad, pero es ingenuo pensar que iba a ser de forma inmediata. Estoy herida y mi mundo se mueve entre el quiero pero no puedo, en el lejos pero cerca, en el a otra cosa mariposa pero siguiendo la preocupación, es lo que tiene la amistad.

Al menos, ya me he quedado tranquila, más ancha que pancha, soltar todo lo que tienes dentro sí que va a ser una buena terapia. No hay vuelta atrás, eso creo, siempre el puto creo, lo tengo claro, pero el camino hacia adelante debe seguir su curso y ahora, para mi, las caminatas se componen de pequeños pasos.

Hace unos meses tenía claro que iba a haber un punto y final pero cuando ha llegado el mometo no estaba tan preparada como yo me había hartado de propagar a bombo y platillo. Me había creído mi propia mentira y ahora toca pagar las consecuencias.

Me gustaría poder seguir como antes de antes, sería lo mejor, pero de momento, y no será porque no lo he intentado, no va a poder ser, aunque eso duela todavía más, aunque me haga sentir egoista porque sé que hay buenas intenciones en el otro lado del río, intenciones que vienen con retraso pero que llegaron. Si el puente que unía las dos orillas nunca acabó de construirse, hubiera sido mejor buscar otra ubicación para él hace mucho tiempo. No obstante, sé que ese puente acabará construyéndose, ya no será rosa, sino verde, pero para el verde la obra si había avanzado lo suficiente.

17 septiembre 2010

403. Jubilaciones

¡Qué ganas tengo de jubilarme! Hoy me ha dado mucha verguenza realizar la entrevista de la revista. No me veía yo con fuerzas ni ganas de preguntarle a una tía subnormalidades insulsas, banalidades que, para empezar, a mi me las trae al pairo. Pero bueno, misión cumplida y sin rechistar, incluso no he podido evitar la sonrisilla al hacer algunas de las preguntas de ese cuestionario tan 'interesante'.

Por lo demás, la vida va bien. Sigue su curso. Me río de mi misma, lloro de mí misma, sufro con los problemas de los demás y me satisfago de sus buenas nuevas, vamos, lo que dicen que es vivir pero ya dejé de mirarme el ombligo. ¿Momentos chungos? Pues alguno, pero pasajeros. No quiero renunciar a nada y eso me trae algun disgusto. Todavía no estoy preparada para afrontar algunas cosas pero sé que es cuestión de tiempo.

Fuerte es aquella que dice 'Estoy bien', aún con lágrimas en los ojos y sigue de pie aún sin fuerzas!. Lo he cotilleado en el FB de un desconocido pero me ha molado la frase. Aquí la pongo





14 septiembre 2010

402. Un gran alivio

Estoy sorprendida. Por fin me siento aliviada, me he quitado un peso de encima, y nunca mejor dicho. Supongo que a medida que pasen los días esto vaya siendo aún mejor, aunque bueno, tampoco hay que regalar la vaca antes de comprarla o algo asi dice un dicho.

Imagino que era algo que esperaba desde hace tiempo, aunque hoy si que no, pero ahora me arrepiento de todo lo que dejé en el camino, ¡cuántas oportunidades perdidas!. Borrón y cuenta nueva. Además, ¿qué más puedo pedir si al final he visto hasta un poco de espíritu, de decisión? Aunque la sombra de la duda, de ese casi convencimiento de falta de sinceridad, ¿qué que más da, digo yo, si el daño está hecho? sigue planeando. Pero, en fin, espero haber cerrado bien la puerta esta vez.

Sé que esto es lo mejor que me ha podido pasar, la pena es que no llegara con unos meses de antelación. Si total, no creo yo que las cosas cambien tanto, lo que ahí ahí y eso es desde el principio y si no, tanto, no se tarda tanto tiempo.

Eso realmente es lo que me jode, la sensación de sentirme un muñeco, utilizada o de haberme montado una historia que aunque todos los factores apuntaban hacia el otro lado, yo me negaba de verlo. ¡Cuántas veces me lo han dicho! Si es que no tengo remedio.

¡Qué no, G., que esto no es así! ¡Segura que estás dispuesta a algo asi! ¡Si no es normal! ¡Si no mereces eso! Y yo erre que erre.

A ver no digo que no duela, pero era algo asumido, y ahí está la clave. Aunque, vamos, que nadie se piense que no voy a seguir con mi premisa, ojos que no ven... Ya se encargará el tiempo de poner las cosas en su sitio. Pero sufrir, qué sufra Rita, la cantaora!

12 septiembre 2010

401. Respuestas sinceras

Hay gente a la que le cuesta exteriorizar sus sentimientos especialmente cuando hay gente alrededor. Yo soy una de esas. Trago, trago, trago pero llega un momento que el vaso está repleto, a punto de desbordarse porque lejos de escupir todo aquello que me revienta, prefiero mostrar indiferencia o, incluso, devolver con la misma moneda a ver si se produce el efecto deseado. Creo que lo llaman rencor.

Sin embargo, a mi el rencor apenas me dura un telediario y entonces todo duele el doble porque me doy cuenta de lo imbécil que puedo llegar a ser. Hubo un día que me prometí a mi misma escribir todo lo que se me pasa por la cabeza en un folio que luego pudiera quemar. Otra promesa incumplida.

Hace tiempo que los fantasmas han vuelto a merodear mi cabeza. Durante un tiempo conseguí disiparles, que fueran meras sombras, diluidas, sin definición absoluta pero, sin embargo, ayer distingui perfectamente a uno de ellos. Casper ha vuelto y ya no es una figura abstracta que yo misma pueda liquidar, Casper ha vuelto a mi cabeza para quedarse, para sembrar dudas, para plantear preguntas, para martillearme sobre el rumbo de mi vida, para que nazcan en mi mil cuestiones que no entiendo pero que he intentado disimular, evadir, incluso olvidarme de ellas durante un tiempo, llegando incluso a conseguirlo.

Tengo la sensación de que siempre es una de cal y otra de arena, que después del cielo, llega el infierno o, si no tanto, vuelve a sentirse ese frío, esa distancia que no entiendo por qué tiene que estar tan marcada.

Ahora necesito respuestas sinceras a mi sarta de preguntas y no sé que medio utilizar para plantearlas. Sé que las respuestas sinceras, me gusten o no me gusten, bueno estoy segura que si no me gustaran acabarían resultando para mi toda una liberación, son la solución a todos mis conflictos internos y externos.

Incluso todo podría seguir igual pero sabiendo realmente a qué atenerme, no intuyendo, no dudando dependiendo del momento qué es lo que realmente está pasando.

Sin embargo, esas respuestas sinceras creo que jamás van a llegar y es realmente lo que necesito.