21 septiembre 2010

405. Frases para salir del atolladero

Es imposible luchar contra ciertas cosas. Y lo peor es que no puedo cambiar nada. ¡Qué impotencia! No puedo cambiarme a mi misma y en este momento tampoco puedo ser indiferente. Por más que le doy vueltas no puedo dejar de pensar cómo me pude equivocar tanto,cómo me pude conformar con tan poco. Ya se sabe que el hombre es el único animal que vuelve a caer en la misma piedra.

Dice Milan Kundera que los amores son como los imperios, que cuando desaparece la idea sobre la que habian sido construidos, mueren también ellos. En eso me he estado centrando esta semana, en buscar todo lo malo que había y, en realidad, habia mas malo que bueno, pero eso no es suficiente, y no es suficiente porque aunque me empeñe en lo contrario, llegando a conseguirlo, el nudo sigue apretando. Ojalá yo podría ver esta película desde el otro lado algun día... pensándolo bien no, el sufrimiento es muy grande o quizás sea rutina, te acostumbras a algo y aunque te lo den racionado, no haces adicto a ello.

Sé que esto no es eterno, con un poco de suerte y con mi optimismo, no durará mas de unos días, unas semanas a lo mucho, pero no hay peor forma de extrañar a alguien que estar sentado a su lado sabiendo que no hay nada.

La no reciprocidad es lo que tiene, ¿por qué no me tocará nunca estar en el otro lado de la balanza? Es mi condición, esa es la respuesta.Pero no, definitivamente no me gustaría ver a nadie así.

Sé que llegará un momento en que todo vuelve a su cauce, ya se sabe eso de que después de la tormenta siempre llega la calma pero yo hoy, en este preciso momento, cuando me veo en la necesidad de escribir aqui para sacar de dentro todo lo que tengo, he vuelto a derrumbarme.

Sí, lo reconozco, me sentía fuerte y, sin embargo, hoy, en este preciso momento, he vuelto a caer. Es lo que tiene que se te acumulen mil movidas distintas y un cansancio acumulado del que me desprenderé el próximo fin de semana. Será el tiempo suficiente para volver a armar mi armadura, para no dejar ni siquiera una rendija abierta en esta puerta que al fin, por fin, se cerró.

Si es que sé que no puedo conformarme con tan poco.

Sí, ahora han vuelto los fantasmas, afortunadamente siempre es momentáneo. Mañana será otro día y estaré contenta y, entonces, no me hará falta escribir aqui.

No hay comentarios: