234. El mundo no gira alrededor de mi.

A veces me avergüenzo de 'hacer un mundo' de lo que a priori ni siquiera podría catalogarse como problema. Por eso, siempre intento poner al mal tiempo buena cara (por supuesto no siempre lo consigo) y no joder el día a quien me rodea.

Aparte de lo que a mi me ronda por la cabeza, estoy convencida que quien gira en mi órbita también tiene asuntos por los que preocuparse, si no tan importantes como los mios quizas mucho más, de eso estoy segura, y no por eso tienen que andar demostrándolo a cada paso que dan, ni tampoco ponen excusas baratas, ni se empeñan en tirar por la borda sus ilusiones, ni martillean continuamente...

En fin... cómo aprecio a toda esa gente que sabe jugar al disimulo, porque más que un juego es una actitud vital, que acaba rebosando, si, pero que cuando rebosa siempre hay alguien dispuesto a escucharte.

Si algo he aprendido en los últimos tiempos es que ir de víctima es lo peor que se puede hacer, y pensarse centro del universo ya ni os cuento, cada cosa requiere un tiempo concreto y siempre ese tiempo aparece. Lo que jamás me perdonaría, o por lo menos me gustaría evitarlo en lo posible, tampoco siempre lo consigo, of course, es que solo se hable de mi y de mi mundo, aunque a veces es inevitable y necesario, tremendamente necesario.

Hoy una máxima vuelve a rondar mi vida: "Mis problemas preocupan a los demás pero no condicionan su vida tanto como condicionan la mía y, por eso, no debo arruinarles lo que puede ser una ocasión irrepetible.

He dicho.
Pero siempre teniendo en cuenta que nadie es perfecto, y yo ¡muchisimo menos!.