Domingueras. Así hemos estado hoy y me lo he pasado pipa. ¡Con qué poco! Hemos ido a Pámanes a conocer el terruño de Inés. ¡Qué tranquilidad! Salvando las distancias, especialmente por el tipo de animales, por el verde y por la forma de la cabaña, me ha recordado al cortijo de mi familia en Huelva. Era la misma sensación de estar cerca a la vez que lejos de todo, la asombrosa sensación de escuchar el silencio, sólo alterado por el soniquete de los pájaros. Sentirte en plena naturaleza, salvando, vuelvo a repetir, todas las distancias.
Margari ha dedicado la mañana a plantar sus hortensias, sus pinos y sus encinas. Yo me he calzado las katiuskas, Ruth se ha imaginado su casa en aquel prado, Tolete simplemente disfrutaba del momento e Inés maquinaba nuevas formas de arreglar su cabaña.
Luego día de vermuth y de buena compañía que a veces se echa en falta. ¿Dónde se firma para repetirla?
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