06 septiembre 2008

248. Para Ines, que no me lee!! jeje

Es guay ver tu careto en la pagina dos pero es una responsabilidad que cada día me gusta menos, sobre todo si no tienes nada que contar, o nada concreto que decir. Bueno, aqui va para todos.

EUROS POR CULTURA
Hace un par de semanas, el Instituto Cántabro de Estadística (Icane) hacía público un estudio que, basado en encuestas, revelaba que la mitad de los cántabros no había pisado en el último año ni el cine ni el teatro ni los museos. El estudio en cuestión revelaba también que un alto porcentaje de ciudadanos de la Comunidad, cercano al 40%, cifra cuanto menos preocupante, admitía no haber leído un sólo libro en los últimos doce meses.

Ante estos datos, una interrogante planea en el aire: ¿A qué dedican los cántabros su tiempo de ocio? La respuesta podría ser clara y concisa: «Al fútbol o, por extensión, a los deportes», pensarán muchos. Pues no. También están equivocados. El mismo estudio concluye que menos del 50% ha acudido en directo a espectáculos deportivos.

Entonces, ¿qué es lo que pasa? Quizás el problema esté en que los programadores, independientemente de si pertenecen al ámbito de lo público o de lo privado, no son capaces de acertar y hacer atractivas sus propuestas entre la población o, quizá, la mayoría de los ciudadanos de a pie aprovechan su tiempo libre en entretenimientos más livianos y ligeros. Sin más. Sin necesidad de estudios.

Lo que está claro, a tenor de los resultados, es que algo está fallando. En los tiempos de crisis que corren, puede ser que los elevados precios de algunos espectáculos coarten la predisposición inicial del público a intercambiar euros por cultura. El actual puede ser un buen momento, servir incluso de precedente, para que las instituciones públicas redoblen sus esfuerzos para garantizar, de forma asequible a los cada vez más maltrechos bolsillos de los ciudadanos, el acceso a las diferentes actividades.

José Luis Ocejo, director del Festival Internacional de Santander (FIS), señalaba desde casi los albores de su 57 edición, que el público responde, y de forma masiva, a la cita con los espectáculos musicales programados. De hecho, los Marcos Históricos han confirmado su teoría. Pero, ¿qué mileurista puede permitirse el lujo de pagar entre 42 (para verlo desde la distancia) y 142 euros por escuchar en directo a, por ejemplo, Zubin Mehta? La sala Argenta rebosó, de eso no hay duda, Sin embargo, ¿qué porcentaje del público eran ciudadanos de Cantabria? De cara a ediciones venideras no estaría nada mal elaborar un estudio sobre el perfil del espectador del FIS, algo que me consta que ya está en proyecto.

En cualquier caso, la idea de instalar una pantalla gigante para ver la retransmisión en directo desde la sala Pereda del Palacio de Festivales me pareció, a priori, una idea magnífica, idea que como casi todo tenía un pero. Lejos de lo deseable, que fuera gratuita, ya que el objetivo de llenar la Argenta se había cumplido con creces, los interesados tenían que abonar 12 euros. ¿Tan necesario era ponerle precio a una retransmisión, y me gustaría hacer hincapie en lo de retransmisión, del recital?

En este año que tanto se ha hablado del magistral concierto que ofreció Ataúlfo Argenta en la Plaza Porticada, en esta edición en la que se le ha rendido tributo en el cincuentenario de su muerte, ¿no hubiera sido una magnífica clausura, amén de haber llenado la Sala Argenta, sorprender al público que no pudo conseguir entradas con la retransmisión del concierto en la céntrica plaza santanderina? No iba a ser igual que el directo, por supuesto, pero hubiera sido para todos. También para el pueblo.

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