18 abril 2007

163. Odiseas tabaquiles

Hay que ver lo que ha liado la ministra de Sanidad con la ley anti-tabaco. Hasta ahora yo no le había visto grandes problemas a la susodicha norma e incluso me parecía bastante apropiada pero el sábado pasado se cumplió la excepción.

Resulta que estábamos en la pista de una discoteca de Huelva y quise ir a por tabaco. La máquina estaba en la parte de arriba a unos cinco metros de una de las barras de bar y allí que me fui yo. Llego a la máquina y hay delante de mi un chico intentando sacar tabaco pero mete las monedas y se las devuelve.

Yo, que una vez de cada mil soy aguililla, le digo: "Eso será que tienen que activar el mando" Y para chulear un poquito más le digo: "ya voy yo". Total que me dirijo a la barra, llamo a la camarera y le da al botoncito. Vuelvo a la máquina de tabaco y el chico ya ha conseguido su paquete. Meto yo tres euros y me los devuelve. Nuevo intento. Lo devuelve. Empiezo a pensar que es que hay que volver a dar al mando. Vuelvo a la barra, llamo a la camarera, le da al mando y acudo de nuevo a la maquina de tabaco. Meto tres euros, selecciono cajetilla y me dice que no tiene cambio.

A esto que ya hay tres personas más detrás de mi buscando tabaco. Le doy a todas las cajetillas pero ninguna vale tres euros justos. Me devuelve el dinero. Una chica mete dinero y se lo devuelve. "El puto mando", pienso yo para mí. Vuelvo a la barra, ya no llamo a la camarera porque ya he fichado donde esta el mando y como 'pedro por su casa' pues le doy.

Vuelvo a la maquina, la chica mete dinero y como tampoco es justo se lo devuelve. Otro chico que hay detrás dice que el lo tiene justo. Lo mete en la maquinita ý se lo devuelve. 'El puto mando de nuevo' pienso yo. Y allá que va Gemita a darle al aparatito. Cuando vuelvo el chico con dinero cambiado va bajando las escaleras, paquete de tabaco en mano, y la chica que tampoco tenia cambiado está intentando meter su dinero... sin éxito, claro está, porque habia que darle de nuevo al cacharrito.

A estas que yo ya me he hecho un amigo en la cola que empieza a desesperarse y se rie de la situación. Como allí no se mueve ni Dios, Gema va otra vez a darle a mi gran amigo el mando. Cuando vuelvo, la chica ha conseguido su paquete. ¡Me toca a mí! pienso, tras volver a darle al mandito. SIN CAMBIO, aparece en la pantalla cuando meto mis tres euros. A esto que viene uno con dinero cambiado y tras volver a darle al mandito, saca su paquete. Mientras tanto, yo me compicho con mi colega tabaquil y le digo: "Ahora nos toca a nosotros, asi que yo voy, le doy al mandito y tu te encargas de que no se me cuele nadie mientras voy y vengo. Como contraprestación a tu servicio, cuando yo tenga mi paquete de tabaco en la mano, voy y activo el mando para que tu puedas sacar tu paquete de tabaco, vale?" Falto poco para escupirnos en la mano y que nuestro trato fuera formal... aunque yo ya veía al tío sacando una navaja para hacer un pacto de sangre fehaciente y es que de verdad no sabemos lo chunga que estaba la cosa.

Finalmente, voy al mando y cuando vuelvo a la máquina, veo a mi compañero de pactos atrincherado, atado con cadenas a la productora de tabaco y mirando con ojos desafiantes al puñados de viciosos que esperaban para calmar su mono. Yo, triunfante, meto mis tres euros y veo con plena satisfacción como la maquina me da, por fin, después de una docena de intentos, mi paquete de tabaco.

Yo, por supuesto, cumplo con mi parte del pacto y activo el mando para que mi nuevo amigo de vicios pueda acceder a este asqueroso placer.

Como os podeis imaginar, tardé un buen rato, para mi fueron siglos, en sacar tabaco y cuando volví a la pista con Elena y Vero, a la última casi la tengo que dejar unas bragas pues literalmente "se estaba meando vivita".

Es lo que tiene el tabaco...

1 comentario:

Anónimo dijo...

k mamona... No hubiera sio + facil gorronear y d paso ligar cn alguno q stuviera x ayi???