05 diciembre 2007

205. No quiero hablar de Navidad

No quiero hablar de Navidad pero...

Ayer, al abrir el correo electrónico del curro ya tenía la primera felicitación navideña... Uppss, no quería hablar de Navidad...

Por la noche me acerqué al Carrefour a echar gasolina y a comprar unas cosas y todo lo que me rodeaba me recordaba que ya estamos aproximándonos a la Navidad. Uyyyy, otra vez...

Camino de mi casa mi cabeza solo podía girar de un lado a otro contemplando el bonito (catastrófico para el medio ambiente también pero que es espectacular no lo puede negar nadie) alumbrado navideño que ilumina las principales avenidas de esta mi ahora ciudad. Vaya tela, otra vez la Navidad en boca...

Por la noche, me puse a ver el síndrome de Ulises y en uno de los intermedios me sorprendió el innovador anuncio de Freixenet (no voy a hacer aún una valoración, simplemente decir que a mi las burbujitas me gustaban) y volví a caer en la cuenta de que en menos de 20 días estamos en Nochebuena. Jolín, todo es navideño...

Esta mañana en la radio estaban hablando de comidas navideñas de empresa. Diosss, otra vez la Navidad en mi mente...

Al pasar por el Corte Inglés no he tenido más remedio que ponerme a tararear los villancicos que a toda voz se escuchan desde el exterior. Mira, sí, he vuelto a nombrar la Navidad...

En fin, todo, todo, todo lo que me rodea estos días está relacionado con estas ilusionantes fechas que a mí de momento me siguen encantando, es lo que tiene el hecho de volver a casa por Navidad (este año por nochevieja pero bueno, navidades al fin y al cabo). No quería hablar de Navidad pero es inevitable en estos afables días que vienen ahora. Lo que más me ha impactado ha pasado esta mañana, al llegar al periódico, cuando he comprobado que ya tenían la bandeja con los mantecados y polvorones puestos, muy bien colocado, por cierto, pero yo, extrañada, me he preguntado... ¿Dónde está el anís?

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