Tengo un nuevo lunar o, mejor, dicho, me he descubierto un nuevo lunar porque quizás el lunar lleve ahí su tiempo y tenga solera. Uno nuevo a sumar a mi ya prolífica cuenta. ¿Cuántos lunares tendré? Nunca me ha dado por enumerarlos, aunque mira puede ser un entretenimiento bonito, o que alguien me los cuente claro.
La cosa es que ayer descubrí este nuevo, de tamaño mediano. Me gusta donde está, la verdad, podría haber sido peor. Está disimulado. Pensé incluso en ponerle un nombre, en adoptarle y darle la bienvenida a la familia pero luego lo pensé mejor y me pareció que hacerle esta deferencia a mi nuevo lunar traía como consecuencia el desprecio a las decenas o incluso pueden que lleguen al centenar restante. Y no, no le voy a poner nombre porque me veo después poniéndole nombre a cada uno de ellos y ufff, qué follón! no tendría nombres para todos!!!
Hay algunos que me acompañan desde siempre, que siempre han estado ahí, otros que han ido apareciendo por el camino y, según estoy comprobando, otros que llegarán. Si no fuera porque no desaparecen serían como los amigos o como los conocidos!!!
Estoy pensando así sobre la marcha en ponerle el nombre a mi lunar favorito, ése que aún no sé cuál es, asi no haría el feo a ninguno. Pues sí, decidido, ahora me toca pensar el nombre como si fuera el de un hijo porque a no ser que llegue el láser, es como los hijos, para toda la vida!
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