27 julio 2007

176. De Ruta por... ni Dios llegó a ese lugar

He vuelto de Santander hace casi 20 días y aún sigo escribiendo post sobre las vacaciones. Hoy le toca el turno a la excursión de la temporada: Polaciones.

Resulta que Inés está trabajando de lo suyo en una de las comarcas más olvidadas (y por ello aún conserva toda su belleza natural) de Cantabria. Un lunes que María no trabajaba tuvimos la brillante idea de acompañarla a su quehacer y, de paso, conocer esta parte de la región. En realidad fuimos masocas porque María madrugó en uno de sus días de descanso y yo en uno de mis dias de vacaciones, aunque eso sí, valió la pena.

Todavía no me lo creía pero cuando sonó el despertador a las 7.15 de la mañana, tuve el valor de levantarme y acudir a la hora fijada de encuentro. Inés llegó... (más tarde de la hora prevista, para no variar pero llegó), y emprendimos rumbo con su coche (a partir de ahora el troncomovil) hacia ese lugar alejado de la mano de dios, del hombre y de todo lo conocido. Jo, si es sé la misma sensación que tuvo Cristóbal Colón cuando emprendió su viaje en busca de las américas. Tras la parada de rigor en Puente Nansa, seguimos por estrechísimas carreteras llenas de curvas hacia.... no me acuerdo del nombre donde estaba el AYUNTAMIENTO del valle.

Una foto bonita... Esto es ya casi a la vuelta. Tudanca. Me pondría a explicarlo pero paso de rayar a la peña... Juzgar vosotros mismos. Y bueno, que me decís de las dos tudancas que salen en la foto (jejeje). Mirad, qué contemplativas que están.






Que forma más graciosa de anunciar el timbre de una BOTICA que ni siquiera estaba en funcionamiento. Si es que me lo pasé como los indios. Quién dice que mi aldeita minera es una mierda, hombre?? Para gustos, los colores. Fijaos en esta otra...





Sí, como podeis leer vosotros mismos, esto es el Ayuntamiento de Polaciones.... (no voy a hacer ningún comentario porque podeis imaginarlo). Teniendo en cuenta que debía de ser 2 de julio (si mis cuentas no me fallan) mirar los tirantes y las faldas cortas que llevamos y es que, una vez más, el calor era insoportable... Mosquis (ahora que Los Simpson están de moda) si parecía que estábamos en pleno mes de... digamos marzo por no decir febrero.


Mi gran frustración llegó en San Sebastián de Garabandal, sí, el pueblo ese donde dicen que se aparece una Virgen en un alto. Pues llegamos al pueblo pero ni pelé ni melé quisieron acompañarme a ver qué se cocía por allá arriba. ¿No les picaba una mínima curiosidad? Más bien yo creo que lo que les picaba era el estómago pues debían de ser cerca de las 3 de la tarde cuando arribamos en ese pueblito y la gula pudo con ellas. El amago de subir lo hicimos pero nos quedamos en los primeros diez metros y mi curiosidad periodística (por llamarla de alguna manera) no pudo saciarse... En fin, que yo tengo que volver a ese sitio, seguro que Perojo está encantado de acompañarme la próxima vez.

Uyyy, no me deja poner la foto del intento de subida a Garabandal... ahí queda eso. Yo no digo más. Puedo poner todas menos esa...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola guapa, el pueblo del Ayuntamiento es Lombraña. Lo pasamos bien ese día. Cuidate que nos vemos pronto.

Anónimo dijo...

que cojones hacíais vosotras en Lombraña?