20 agosto 2009

336. Yo y mis piernas

Soy indecisa, insegura y muchas otras cosas. Si a esto unimos lo sumamente vergonzosa que soy para ciertas cosas, el cóctel resultante puede ser letal.

El otro día me han echado un piropo. Llegó así, sin avisar, sin más, vía sms, y no sé si porque me cogió de improviso, porque venía de una persona ajena a mi círculo de amistades, porque fue halagador o porque en el fondo me encantó, la cosa es que le llevo dando vueltas desde hace tiempo y los colores aparecen en mi cara con un rojo fuego cada vez que me acuerdo, eso sin contar con la sonrisilla que se me dibuja en la cara, en los últimos días perenne. Hay que ver como me cambia el estado de ánimo, afortunadamente. Esa que escribía aqui hace un par de semanas no era yo, era un holograma que espero no vuelva a aparecer.

La cosa es que hoy he recibido otro sms donde vuelve erre que erre y ya el pudor y la satisfaccion han hecho mella en mí. Una amiga me aconsejó que me mostrara segura y sí, parece ser que funcionó porque no es la primera ni la segunda.

Tengo mucho que aprender en esto. Ya stoy mas escaldada pero creo que sigo siendo bastante ingenua. Ahora voy a jugar y mantenerme, en la medida de lo posible, a la expectativa.

De momento, estoy a la espera de recibir informes. Desde luego, el mundo es un pañuelo. Hoy una conversacion intrascendente con un amigo del sur me ha llevado de nuevo hasta él. Casualidades de la vida! Las distancias se acortan. Al final acabaremos teniendo más cosas en común de lo que creemos, cosas más allá de los delincuentes y amaral.

¿Qué me pongo mañana? Vestido, y cuanto mas corto mejor, eso seguro, jijiji

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