17 septiembre 2009

338. Fantasmas

Vuelta total a rutina. La rentrée no podría haber sido peor, aunque si lo miro por el lado positivo, siempre hay que ser optimista, eso quiere decir que he disfrutado las vacaciones como se merecían.

Más de 15 días sin pisar Santander, sin coger entre mis manos un periódico, sin importarme lo más mínimo la actualidad cultural, política, sanitaria o económica. ¡Es un lujazo poder desconectar así!

Y lo mejor es que hasta yo me sorprendo de la capacidad de ilusionarme, de asombrarme con cosas nuevas. Como dice mi amiga Inés, "qué barata le salgo a la vida". Han sido unas grandes vacaciones, tanto las familiares como las amistosas. Risas no han faltado y visitas tampoco.

Ahora solo me quedan los recuerdos, algunos imborrables e incluso impagables y una morriña que espero que pase pronto. La parte negativa es que ahora me quedan por delante 18 días de curro, sin descanso, sola porque mi compañera está de vacaciones y aunque una ilusión me mantiene viva, no he podido evitar dejar entrar a un par de fantasmas.

¿Cómo se ahuyentan los fantasmas? No, no quiero, no es lo que quiero pero, sin embargo, no puedo ser indiferente. Fus, fus, fuera de mi cabeza. Concéntrate en lo que tienes por delante, eso con lo que te sentías tan a gusto hace un suspiro. La depresión postvacacional es lo que tiene, menos mal que como todo acaba pasando.

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