14 noviembre 2009

356. Cuando los planes salen mal

Me gustan que los planes me salgan bien, que diría Aníbal a su Equipo A, pero hay veces que los astros se alinean en tu contra y lo que llevas semanas esperando acaba yéndose al garete y me jode, me jode muchísimo. ¿qué se le va a hacer?

¿Por qué era tan especial esto? Pues por nada, vamos a ser sinceros. Era una fecha más en un calendario, pero en un calendario que para mi estaba tachado de rojo, es decir, que libraba, a saber qué pasará el próximo año. Una ocasión para hacer lo mismo que siempre pero en un sitio diferente y con los mios y sin nadie más. Una ocasión más de cantabrizarme, para qué vamos a engañarnos, para poder hablar de las cosas de aquí porque las he vivido, sin tener que excusarme una vez más en que he estado una década fuera.

De todos modos, podía haber reaccionado aún peor pero no, lo he asumido y punto. Por lo menos me queda la esperanza de mandar un sms y que la decepción dé paso a un nuevo plan, quizás no mejor pero sí distinto e igualmente apetecible.

El tiempo perdido, aunque suene a perogrullada, no se puede recuperar y yo quiero vivir

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