14 marzo 2009

280. Apreciar el sol

Estoy aprendiendo a apreciar el sol. Sí, para mí, hasta hace poco más de un año, era una cosa que se ponía casi todos los días en el cielo y calentaba, a veces demasiado, pero tras esta vuelta a la tierruca comienzo a comprender a mis paisanos.

Sí, sé apreciar el valor que tiene ver salir a Lorenzo y dar esa luz a la ciudad de Santander. Quizás en Astillero, por ejemplo, también cambie la luz pero en Santander es algo increible pasear por Puertochico o por el paseo Pereda. Me parece incluso mágico. Y me encanta!!!

Está claro que cambia el carácter de la gente y el mío también. Me apetece más arreglarme y es una gozada pasear por la calle en mangas de camisa.

Ayer tenía una rueda de prensa en el Palacio de Festivales de Santander y decidió darme el gran paseo hasta allí. Iba caminando y de pronto una señora mayor me llama la atención:

- Oye chica, no te voy a hacer nada, pero es que no puedo aguantarme y te lo tengo que decir.

(Yo, con la educación que me caracteriza aunque un poco distante) - Dígame, señora.

- Es que te he visto venir y debo decirte que estás guapísima.

(Comencé a ser un tomate)- Ahhhh..... gracias.

- Sí, sí, estás muy guapa y no sólo porque la ropa que lleves sea muy bonita sino por la elegancia y ese estilo que tienes al andar.

(Yo flipaba. He de decir que el vestido era uno que me dio María en tonos verdes y negros y muy primaveral) - Pues muchas gracias, señoras.

- Verás yo también he sido joven (cosa que imaginaba porque si tenia 70 años era porque ya habría pasado los 20) y también tenía muy buena planta pero es que te he visto a ti y no he podido remediarlo, me he dicho, tengo que pararla a decírselo.

- Ah... muchas gracias (ya no sabía donde meterme).

- Es que hace un rato he visto a una chica que pedía un euro a un hombre para comer un bocadillo y luego le decía: Primero dame el dinero y luego tócame donde quieras.

(Ohhh, ya decía yo, la señora anda un poco grillada de la cabeza).

- Claro, claro, es que hay cada una.... (la dije yo).

- Pero tu tienes un estilo precioso, da gusto verte caminar...

- Gracias, señora, la dejo que llego tarde...

Y sí, loca o no, me fui con una sonrisa de oreja a oreja cual niño con botas nuevas.

Lo que yo digo, que el sol en Santander rejuvenece, vitaliza, y cambia el humor de la gente. Me encanta!!!

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