215. Tiempo de Carnaval

El sábado por la noche estuve en el teatro viendo el concurso de agrupaciones de Carnaval. El de Huelva dicen que es el segundo concurso de importancia tras, por supuestisimo, el de Cádiz y la verdad es que me lleve una grata sorpresa. Como de tantas otras cosas, he escrito infinidad de veces sobre él pero nunca lo había vivido directamente, tan en primera persona.

No es que me haya vuelto hiperfan de repente pero resulta que mi compañero de sección se habia traído su murga al concurso onubense y, claro, a él que es super aficionado, le hacía ilusión que fuéramos a verle. Y como se ocupó de que nos dejaran pasar gratis (la entrada para cada pase cuesta ocho euros) pues allí me presenté dispuesta a disfrutar del Carnaval.

¡Y vaya si lo hice! Tanto que aunque en un principio solo se suponía que podía quedarme a ver la actuación de Fran, finalmente estuve allí hasta las 00.30 horas. Solo fuimos dos y el que por narices tiene que cubrirlo y me lo pasé muy bien. Hay un poco de todo, grupos mejores y grupos peores pero el ambiente no puede ser más animado y cordial. Me olvidé durante un rato de lo que me esta reconcomiendo estos días y que sigue sin novedad.

La actuación de mi compañero... me sorprendió. Fue la primera que escuche y debo decir que no lo hizo nada mal pero claro yo no habia escuchado el resto... entonces comprendí que era mediocre, que había muchos grupos mejores aunque también alguno peor. La cosa es que me reí con el desparpajo que mostró sobre las tablas (ya podía tenerlo en el día a día) y me recordó esa época ya pasada en la que era yo (no se puede comparar los carnavales, ni el sentimiento ni la forma pero permitidme que yo lo haga) quien se subía a un escenario a cantar ataviada con un disfraz: "...Ay que finos que nos hemos vuelto, para poder practicar, los nuevos deportes de este pueblo, los nuevos deportes de este pueblo y es que ahora se juega a Squash..."