26 octubre 2009

351. Días en rojo en el calendario

El sábado fue un gran día, un día memorable... a pesar de no estar de libranza el curro tampoco fue excesivo y encima era el turno guay, guay en todos los sentidos aunque salí con la lengua fuera porque no llegaba a tiempo al lugar señalado. Si, soy excesivamente puntual, y la gente ya me conoce pero llegue tarde, un cuarto de hora tarde y ya llegué sofocada.

La noche prometía, llevaba prometiendo desde un par de días antes. Desde ese 'en principio, si' que era claramente un si rotundo, aunque la duda siempre queda ahí, yo intuía que iba a ser una velada inimitable... y fue aún mejor.

Ha sido uno de los mejores conciertos de mi vida, bailando, cantando, comentando... buah, si hubiera tenido en ese momento un medidor de felicidad, la aguja estaría muy arriba. Y un cachi y otro cachi y otro y otro y la música que no dejaba de sonar.

Fin del concierto, momento de presentación y cerveza solidaria. No me tengo que esconder de nada ni de nadie. ¡Cómo gana así la historia! En Santander llueve, para no variar, y el agua no es plato de buen gusto. Hay gente a la que no le gusta mojarse y otra en cambio que se moja o se tapa según la situación. El sábado era dia de mojarse, de provocarme esa sonrisa mimera que reclamaba días atrás, aunque luego, todo sea distinto. Una de cal y otra de arena.

Formidable noche y mejor día, una vez más.

'Tienes un mensaje nuevo' y la sonrisa vuelve a asomar en la cara ante la sorpresa de aquello que llega de forma inesperada y que sorprende, y gratamente.

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