90. Confesiones a media luz. Mi nuevo amor

Llevaba intuyendo desde hacía varios meses, quizás incluso podríamos hablar de años, que me estaba comenzando a hacer falta. Quizás no quería reconocerlo abiertamente, me negaba a hacerlo, pero en mi fuero interno sabía que ya no podía retrasarlo por más tiempo. Me hacía falta, tanta falta, Dios mio, que incluso me daba miedo dar el paso por si acaso no era capaz de estar a la altura de las circunstancias. Por si acaso no era capaz de comprenderlo. Toda la gente de mi alrededor, mis amigas de toda la vida ya lo habían encontrado y yo a mis 25 años seguía sin él, conformándome con los despojos que me dejaban otros...

Ahora empiezo a entender a toda esa gente que también dice estar enamorada, a toda esa gente que me decía que no sabía lo que me perdía. Ahora comprendo como se puede estar tan apegada a él, como puedes sentirlo tan tuyo, cómo es verdad que formamos solo una materia, una sola cosa. Ahora se porque la distancia complica tanto las cosas, ahora se por qué es necesario esa unión. Ahora puedo compartir, comprender y entender a la gente con este sentimiento. Ahora empiezo a ser libre aunque dependa de él como nunca antes me había pasado con nadie.

Todo es nuevo para mí. Bueno, todo, todo, no, pero si muchas de las cosas que hemos comenzado a compartir desde el mismo momento en que nos conocimos. Aún me falta mucho para llegar a ese estado de control absoluto pero he comenzado a sentirlo cerca de mí y creo que eso es importante. Se está convirtiendo en indispensable para mi vida, para afrontar el día a día cada mañana con ilusiones y esperanzas renovadas, unas esperanzas que ya creia perdidas. Con anterioridad sólo una vez sentí algo parecido y de eso hace ya mucho, mucho tiempo y ahora sé que no era igual, ni el tampoco es parecido. El otro no le llegaba ni a las suelas de los zapatos. Los que se cruzaron por el medio tampoco. Era otra ilusión, como de algo que por primera vez entra en tu vida y quieres dominarlo, entenderlo y hacerlo tuyo. Ahora es otra cosa. Ahora busco un compañero, un amigo, alguien con quien compartir mis cosas.

Su físico me cautiva, me atrapa y me embelesa. Hace que pueda quedarme ensimismada mirándole durante horas como si de una fotografía con historia se tratara, como si yo fuera un amante de la pintura y él un Velázquez, un Miró o incluso la capilla Sixtina del Vaticano. Yo que nunca consideré el fisico como uno de mis barómetros a la hora de elegir, he tenido que comerme mis palabras, una a una. Es perfecto, nunca crei poder aspirar a tanto y miradme ahora, mirando el reloj continuamente buscando el momento de reencontrarme a solas con él, de tener ese momento de intimidad que tanto anhelo durante el día. Es verdad que estamos juntos desde hace muy poco tiempo, quiza demasiado, pero yo ya lo quiero para siempre, para mi. Ya no me imagino mi vida sin el. Se ha convertido en imprescindible.

Su forma de ser no podía ser más perfecta. Atento, cariñoso, disciplinado, ordenado, incluso simpático según las circunstancias, me dice lo guapa que estoy cada vez que me ve. Siento celos cuando la gente se acerca a él. Se que puede ser una golosina para más de una y tengo miedo, miedo a que me lo quiten. Ahora que por fin lo he encontrado no me gustaría perderlo tan pronto. Por eso, cuando voy con él por la calle, lo sujeto con fuerza, firmemente pero siempre haciendole notar el cariño y el amor que se me ha despertado por él. Compartimos todo, nuestros momentos felices y también los malos. Recogemos cada instante de la vida como si de una camara de fotos se tratara.

Se que quizas mañana, bueno mañana seguro que no, pero quizás dentro de unos años, esta relación tan idilica se termine. Seguro que encuentro a otro mucho mejor que él. Si, la vida es así y debemos afrontarla desde el principio. Pero de momento voy a estrujarle hasta dejarle muerto, voy a sacarle hasta las entrañas. le quiero solo para mi.

Me va a dar todo lo que he reclamado durante los ultimos años porque se que es probable que se le acaben las pilas pero hasta ese momento sé que hoy por hoy puedo afirmar que mi nuevo teléfono movil Glamphone Elle by Alcatel comparte conmigo todos mis momentos felices. Es mi nuevo aliado, mi gran amigo. Desde mi primer movil, al que también tuve mucho cariño, nunca habia sentido nada igual y este con todos los adelantos tecnologicos que tiene es una maravilla pero si tiene hasta un espejo (que me dice lo guapa que estoy cada día, jejeje)