68.Carta (súplica) a los Reyes Magos

Este año he decidido adelantarme a los más pequeños y ahora que empieza el bombardeo sistemático de juguetes, turrones, cavas, bombones, perfumes y demás familia navideña, ser la primera en mandar a Oriente mi particular carta a Melchor, Gaspar y Baltasar. Cuando aún mis ilusiones no se habían esfumado por el trascurrir de los años, el de las barbas blancas era mi predilecto, pero con mi particular desesperanza he decidido, después de que Melchor me ignore de forma continua en mis peticiones desde que tengo uso de razón, encomendarme a los tres juntos y a la vez, a ver si es posible que de una vez por todas me hagan caso y en su día encuentre en mi casa un saco donde se depositen mis más profundos deseos. Papa Noel, si estás por ahí, este mensaje también va para ti...

Asi que,
Queridos Reyes Magos (dos puntos): Mi carta de este año es más que una misiva, una súplica de amor. Visto que San Antonio ignora mis alabanzas y lo mismo da que le enseñe el sujetador que las bragas, espero que en el año que empieza con vuestra llegada, encuentre bajo el árbol un gran paquete donde se encuentre escondido el hombre de mis sueños. Claro que como supongo que vosotros tendreis contacto directo con San Antonio, a poder ser el que tiene su casa en la mina de La Isabel, pues hombre si entre los cuatro podeis hacer un apaño, seguro que el experimento funciona. Y si le teneis que pedir ayuda a Papa Noel, lo dicho, por mí no hay inconveniente porque visto lo visto vais a necesitar cuánta más gente mejor para consegur mi propósito, léase, regalo. De todos modos no os preocupeis, que no pido nada exagerado.

Quiero un hombre de entre 25 y 27 años (de 28 también se aceptan) con manos fuertes y grandes; alto aunque no excesivamente; fuerte, que no quiere decir gordo; cariñoso, aunque sin que resulte empalagoso, detallista, pero sin que gaste grandes fortunas en regalos innecesarios; sincero, aunque en su justa medida; humilde, que no quiere decir que no tenga donde caerse muerto; atractivo, que no un sex-simbol que luego me quite alguna lagarta; extrovertido, que no un charlatán desmedido; trabajador, pero que trabaje para vivir y no viva para trabajar; inteligente, que no superdotado que me deje a caer de un guindo; risueño, que no gilipollas; optimista sin pensar que el mundo es siempre color de rosa; hogareño al tiempo que juerguista; bebedor pero no borracho; que le guste comer de todo, que no comilón; familiar sin llegar a anteponer a su familia a todo lo demás; receloso, no celoso desmedido; halagador, que no adulador... Simplemente lo quiero así, no creo que sea tan complicado como lo hace creer San Antonio. Bueno, y ya que estamos, y como creo que así habrá hombres a la patada, para que podais delimitar la búsqueda os aporto algunos datos o características más, por si las estimais de vuestro interés y os pudieran ayudar en vuestra labor. Me gustaría que tuviera los ojos verdes o negros, que vistiera informal, moderno pero de traje cuando las circunstancias así lo requieran, que hiciera todo lo posible por agradar a mi familia, que le gustara el campo y la montaña, que le encante Huelva y Santander al 50%; con posibilidades de cambiar de residencia; apuesto... y bueno que si con estos mínimos datos no fuera bastantes, pues nada, que podeis avisarme y con mucho gusto os daría una lista más extensa y detallada.

Como este año me he portado muy bien, tampoco estaría mal que me tocara el primer premio de la lotería del 22 de diciembre pero que si no es posible pues que no pasa nada... me conformo con el gordo de la del Niño. Tampoco estaría mal que cayera en mis manos uno de esos pisos que permanecen cerrados, o un cochecito BMW de esos que la policía incauta a las mafias, o una Visa Oro, a cargar al Estado español para poder realizar compras en las mejores tiendas del país, o el jet privado que Julio Iglesias ya no necesita, y varios billetes de avión para recorrer el mundo.

Y como última opción, que será la primera y de mi bolsillo, también necesito una grabadora, que me acabo de cargar la mia.

Y luego ya, si acaso podeis, cuando hayais satisfecho las necesidades o caprichos de todos los mortales de Occidente, tampoco estaría mal lograr la paz en el mundo. Pero sólo si para entonces no estais demasiado cansados del trajín