14 octubre 2007

195. Últimos días en la tierruca

Mi último fin de semana en Cantabria fue, afortunadamente muy movidito. Para el sábado planeé con Javi una de esas rutas 'Conoce tu tierra' que tanto nos gusta hacer casa vez que nos encontramos. En esta ocasión también nos acompañó David, que para todos sigue siendo Davizín, a pesar de los pelos que ya pueda tener donde todo el mundo está pensando que voy a escribir. Decidimos no irnos muy lejos pues entre una cosa y otra salimos de Astillero ya pasadas las 12.30 de la mañana. Asi que nos fuimos para Puente Viesgo con idea de seguir hasta Ontaneda. Era San Miguel y había fiestas aunque nosotros solo llegamos a escuchar los aplausos del grupo de danzas que estaban actuando en el exterior de la iglesia. Estuvimos tomando unas rabas y dando un pequeño, más bien mínimo paseo por un camino que comunica esto con no me acuerdo qué pueblo y donde está esta locomotora en la que mis 'intrépidos' acompañantes decidieron subirse y que aquí os pongo para la posterioridad.
Después nos fuimos a comer. Como no podía ser de otra manera optamos por un cocido montañés como la copa de un pico seguido de un zancarrón que aunque no estaba muy bueno casi devoramos. En los postres no hubo quorum y cada uno pidió una cosa. Con la barriga llena, a reventar más bien. subimos a visitar las cuevas prehistóricas que hay en esta localidad. Para visitar la primera de las cuevas, la de las Monedas teniamos que esperar un rato y estos dos, decidieron aprovechar el solano para echarse una siestecita y bajar las alubias. Y aquí están... y confirmo que Javi hasta roncó durante dos minutos, aproximadamente. Luego nos fuimos a Ontaneda a probar los famosos helados de queso que elabora una lugareña y que se niega a vender a importantes fabricantes de helado nacional. La verdad es que estaban buenísimos... y me quedo corta. Porque en esta vida no se le puede dar un diez a nada que si no, los helados lo tendrían.
La noche anterior hicimos una de nuestras tradicionales ya 'cenas de chichis' en el que se ha convertido en lugar de referencia: La orconera y su espectacular comedor privado, que es como comer en el salón de tu casa. Las poses de esta fotografía no son producto del alcohol sino que estábamos haciendo un homenaje a Ruth y su silla ya que no pudo ir aquejada de un tremendo gripazo que la tenía encamada. Asi que decidimos demostrarla lo que la echábamos de menos y ahí están mis colegas haciendo el tonto en un momento determinado de la cena. Menos mal que ahí estoy yo, la única con pose fotográfica...


Y esta es la foto oficial de la velada. Las cinco juntas y muy favorecidas. Nos pusimos las botas porque habíamos pedido igual que en Navidad pero sin tener en cuenta que en esta ocasión eran dos menos pues Sara tampoco quiso venir porque tenía cena con Dani. Asi que nos triscamos dos botellas de vino entre cuatro y un montón de platos de rabas, cecina, jamón, croquetas, queso, langostinos... y no me acuerdo que más. Ummm, todo exquisito. Decididamente, este es nuestro lugar de reunión predilecto.


Y hasta aquí el resumen de mis vacaciones, cuando ya hace casi quince días que regresé...
Lo próximo la quedada periodística del Día del Pilar en Sevilla, algo de lo que hay mucho pero que mucho que hablar porque fue, en dos palabras, como diría el recién retirado torero: IM-PRESIONANTE!!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

HOla Gemi, ¿no vas a poner nada del superencuentro de las viejas glorias?
Sé que las vacaciones dan para mucho y todavía te quedará más que contar, pero es que estoy impaciente por saber qué pondrás de la quedada.
Muchos besos.

Una conformista vital dijo...

Por supuesto que sí, de hecho será lo siguiente pero tendré que encontrar un hueco porque estoy viviendo esas semanas 'fantasticas' que vienen de vez en cuando. Y aun no he volcado las fotos en el ordenata. Sin contar con que hoy es sabado y estoy currando, claro. Pero ya contare a quien he tenido que entrevistar... me siento importante!!!