14 junio 2009

307. Barbacoa a ciegas (Ensayo de caravana de mujeres)

La patrulla grulla se ha propuesto ampliar horizontes, con mil dudas, claro, pero qué mejor que una liadita para poner en marcha nuestra capacidad de socializarnos son posibilidad, además, de marcha atrás.

La idea viene ya tiempo maquinándose, aunque nació de la casualidad, de la coincidencia o de una simple conversación intrascendente. La cuestión es que una amiga, Ali, nos propuso hacer una cena en su casa con un grupo de amigos de ella.

Ese era el plan. El siguiente paso buscar una fecha. Lo conseguimos. Pero después comenzaron a cambiar algunas cosas. Lo que en principio era una cena se transformó en una barbaco en un lugar público para finalmente derivar en una barbacoa en casa de uno de sus amigos en un pueblo de un valle cercano.

Seis chicos y cuatro chicas. Inés y yo conociamos a dos de una noche de fiesta por Santander, bueno yo quizás les conocía algo más; María solo conocía a uno, el tercero que compartió con nosotros prau en Las Gildas.

A mi la idea me pareció bien desde el principio, nunca está de más conocer a gente nueva pero fue ahí cuando comenzó la coña de la 'barbacoa a ciegas' y comenzaron las reservas por parte de las tres. El sí pero no, el no pero si. Al final, afortunadamente, triunfó el atrevimiento, la decisión y el valor y nos liamos la manta a la cabeza.

La cita, el sábado 13 a las 22.00 horas. Paseuco a priori con ines, aprisionada por la verguenza pero consciente de que ya no había marcha atrás. Yo bastante tranquila. Todo asumido. Sólo necesito un par de cañas antes. Viene María, las risitas comienzan a escucharse. Me entra el nervio.

Es la hora. Para allá vamos. A medida que el coche iba avanzando, yo notaba como mi cara se iba encendiendo y como mis manos comenzaban a temblar con un vaiven casi imperceptible pero que consiguió ponerme aún más histérica. Alicia también lo está pasando mal. Llegamos. No puedo evitar que me entre la risa floja.

¿Y ahora qué? ¿Nos presentamos o no? Aún no han llegado todos. Ufff, menuda casa!!!. Respiro de alivio. Hay al menos una chica. "Hola, a ti si que te conozco, ¿cómo estas?" ¡Qué bochorno, por favor! Pero sonríe y contesta. Lo peor ha pasado. Ahora siéntate y que no se te noten los nervios. Afloran las conversaciones, la cosa va mejor de lo que esperábamos. Oye, qué majos son!!! Variedad de repertorios temáticos, cosas en común, risas y conversaciones cada vez menos forzadas. Al menos, no hablamos del tiempo. Un punto a favor. Me siento en una de las esquinas, junto a María. Voy a echarme un poco de sangria, a ver si me quita el nervio interno que siento. Jolin, qué buena está! Algo empalagosa pero bien. Al principio, intento hablar mirando al otro extremo de la mesa, existe retroalimentación. No hables más de la cuenta, no te pases de lista. Tu ahí prudente, callada. Observa y escucha. Vienen los dos que faltaban, a uno ya le conocíamos. Bien, el majillo con el que echarse unas risas y el que siempre resulta ser el más extrovertido de todos. La cosa se anima!!

Hablamos, hablamos sin parar y en los escasos silencios que acechan la comodidad, el 'extrovertido' saca las castañas del fuego con sus 'gracias'. Comenzamos a comer, ¡menudo festin! ¡qué preparación! ¡no falta ni un detalle! ¡ero si hay hasta brazo de gitano de postre! No estamos acostumbrados a tanto dispendio, pienso. Cada vez estamos más a gusto, algunas más que otras, de eso no hay duda. Comienzan los tequilas y aparecen los scouts, cómo no! Más puntos a favor. Cuando miro el reloj por primera vez, ya son la 1.30. Se ha pasado el tiempo volando. El otro extremo está curioso, al menos eso me parece, o quizás soy yo, que también estoy curiosa.

Me encanta el juego, justo es lo que necesito y no tengo. Comienzan a traer botellas y más botellas. Yo me hago fuerte a la sangria y a pequeños tragos. Risas, risas y más risas. Las conversaciones continúan en varios frentes.

Comienza a hacer frío. Igual mejor nos vamos, no? La primera toma de contacto ha sido muy buena, mejor no estropearla.

La despedida es "ahora os toca a vosotras" acompañado de un "ya sabeis que estáis invitadas a San Pantaleón". Bien, parece ser que les hemos caido en gracia. Llegada al coche. Ali dice que nos hemos portado bien y comienza el cotilleo. Opinión generalizada. ¿Cuándo es la próxima?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

vete buscando por internet alguna caravana de mujeres que para allá vamos,jajajajaja
Yo no lo habria explicado mejor
Maria

Anónimo dijo...

Yo tampoco mu bn Gemu. Toda una experiencia jejeje

Inés

Una conformista vital dijo...

Y valió la pena, al menos esa es la sensación que a mí me ha quedado y ahora me río de todas las paranoyas previas, de ese sí pero no...