Dicho y hecho. A. ayer nos dio, o al menos me dio, una nueva lección de esa mirada del oso amoroso que últimamente no me apetece nada de nada de nada practicar.
El dicho de querer es poder se cumple a rajatable y A. ayer nos dio una nueva muestra de ello. Y en Astillero!. Tan sólo hizo falta una miradita en el momento justo y tachán!! chico al canto.
Creo que yo estoy perdiendo facultades en este sentido. A ver, que tampoco es que yo sea aqui una superwoman ni muchísimo menos pero sí es cierto que hubo un tiempo en el que funcionaba, al menos para conocer gente nueva, si no se quería nada más.
Hoy es mi día 18 sin fumar y llevo desde ayer pasándolo realmente mal. No me apetece un cigarro pero esta montaña rusa en la que me he convertido se ha quedado estancada en la caída libre. Mi cara es un poema y mis obsesiones, los fantasmitas o fantasmotes que se cuelan en mi cabeza salen a relucir con más fuerza y energía que nunca y lo peor es que sin razón de ser.
Está claro que la dependencia a la droga aún no ha pasado y tengo que ser cauta, tener cuidado, seguir con mis zumos de piña.
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