11 marzo 2011

459. Hablar

Hablar de banalidades es una buena forma de huir.

Hablar de superficialidades me hace olvidar las preocupaciones más hondas.

Hablar de mis rutinaria rutina, sin ahondar, es una buena medicina para paliar el dolor.

Hablar de tonterias que ni me van ni me vienen hace que soporte este runrun en el estómago que a veces es capaz de quitarme hasta el apetito.

Hablar de nimiedades hace que oculte mis verdaderos miedos.

Hablar de trivialidades permite ahuyentar pensamientos más oscuros.

Hablar de superficialidades me acerca a la felicidad.

Hablar de frivolidades es una manera de andar, de correr, de avanzar...


Pero por mucho sprinters que haga es imposible ignorar mis propios fracasos, es imposible esquivar mis frustraciones, es imposible escapar de mis propios pensamientos, es imposible olvidar esos irreprimibles sentimientos que me devoran.

No hay comentarios: