11 julio 2009

320. Una de animales

Mi compañero fue ayer feliz por un momento. Lleva tiempo buscando un perro y ayer le dieron uno que habían encontrado en un parque, suponiendo que le habían dejado abandonado.

Ya tenía hasta nombre. Un cachorro de no sé que raza del que primero nos enseñó unas fotografías y que ya por la tarde pudimos conocerle en persona en la redacción. ¡Qué cara más triste tenía el cachorro!

El resto de la tarde pasó para él lenta, muy lenta. Se le veía entusiasmado con su nuevo inquilino, deseando terminar para irse a su casa y disfrutar de él. No apuró ni un solo instante. En cuanto pudo, tomó vía libre.

Esta mañana, no obstante, venía apesadumbrado. Había llevado al perrín al veterinario y resulta que tenía un chip identificativo y no, no le habían, abandonado, se le había escapado a su dueña pues era un cachorrin de dos meses.

Cómo ha cambiado su estado de ánimo de un día para otro. Dice que anoche disfrutó como hacía mucho tiempo que no hacía con su perrito, con el nuevo miembro de su familia. Pero su ilusión se desvaneció en menos de 24 horas.

De todos modos, ya está buscando otro. Si alguien sabe, necesita un perro que no crezca demasiado y que sea tranquilo, que pueda pasar muchas horas en casa solo, en una casa con jardín.

No hay comentarios: