12 julio 2009

321. Recomendación literaria

Sólo he leído uno de sus relatos pero esta chica va a pisar fuerte. Es genial la forma en que describe cosas que hacemos sin darnos cuenta y la normalidad con que habla de otras. Grandes verdades en realidad. Aquí os dejo un extracto de una entrevista. A quien le interese que me lo diga via mail y os digo su nombre y el título del libro.


N.L. Escritora
Trece relatos componen L.b.d.m.v, la primera publicación de esta santanderina. Un libro que refleja una «desesperanza esperanzada» porque todo es menos amargo «si ponemos palabras a lo que callamos»

«He construido el relato de los silencios, de aquello que se prefiere no hablar»

Indaga en los silencios y profundiza en las sensaciones que se callan. Los protagonistas de sus relatos son niños, adolescentes o treintañeros que comienzan a vivir. L.B.D.M.V es el primer libro de N.L.
PREGUNTA.– ¿Hay un nexo común que una los trece relatos?
RESPUESTA.– Los protagonistas son niños, adolescentes o treintañeros con apenas experiencia en la vida. Me ha interesado investigar esa primera piel donde las cosas llegan en carne viva, con personas vírgenes de palabra y de sentimientos que no están hechos.
P.– ¿Tiene parte de experiencias personales o de su entorno?
R.– No, es una broma que hago con el título y con mis amigos para asustarles y que lo vayan a comprar. Es un libro que parte de la observación, de la empatía y sobretodo de una mirada muy atenta a la realidad. Todo lo que tenía a mano para contar lo que quería.
P.– ¿Son historias realistas?
R– Sí, absolutamente. Son realidades que normalmente no están en primer plano. He construido el relato de los silencios, de las cosas de las que se prefiere no hablar, que se guardan, que se callan o que se ocultan en las familias, en la vida y en la pareja. Ahí es donde yo he intentado meter el boli. Esas realidades que no se dicen y que, no obstante, nos marcan más que todas las que hablamos.
P.– Primer libro y primer premio, ¿una buena forma de empezar?
R.– Sí, claro. No soñaba con ganar el Premio de Narrativa. Cuando escribí estos relatos lo hice con mucha ambición literaria pero sin ninguna ambición de publicar o de ganar premios porque lo veía lejos e imposible. Sin embargo, lo presenté a este certamen y tuve la suerte de ganar. Yo creo que esto es una carrera de fondo donde lo fundamental es seguir escribiendo.
P.– ¿Los 13 relatos son recientes?
R.– La escritura ha durado cuatro años porque es un libro de aprendizaje y, de hecho, se nota al leerlo porque hay distancia entre unos relatos y otros. El proceso de creación del relato es lenta y fatigosa a pesar de ser un género corto.
P.– ¿Por qué relatos?
R.– Ahora estoy escribiendo una novela pero siempre he hecho relatos porque sirven para contar cosas distintas. La novela es como iluminar toda una época, una habitación entera, mientras que en un relato se trata de colarte en la cena de nochebuena de una familia, por ejemplo. Se trata de contar alguna de esas escenas que son reveladoras de toda una vida y de cualquier generación. Es un chispazo, la captación de un instante, una oportunidad para entender algo que es complejo.
P.– Si sus relatos hablan de esas cosas que callamos, ¿no dejan un sabor amargo?
R.– Quien lo ha leído dice que tiene humor aunque sí puede tener una parte de amargura, pero es una desesperanza esperanzada porque al final lo que callamos es mucho más amargo cuando no tiene palabras que cuando se las ponemos. Hay relatos duros pero que alejan de la soledad que te producen los dolores íntimos. Cuando te duele algo, callártelo es lo peor, pero los amigos, la familia ó las parejas están llenas de silencios complicados y no porque no se quieran contar las cosas sino porque no se encuentran las palabras o pasan desapercibidas. En realidad, hablo de sentimientos universales.
P.– Hay varios relatos que recuerdan a Cantabria...
R.– Cuando empecé a escribir no quería hacerlo de Santander pero era el único escenario donde me sentía cómoda porque era todo el territorio de mi infancia. Ahí si es importante la experiencia para que no se te desboque el texto. Hay que conocer el territorio y para mí es constitutivo. De todos modos, están descontextualizados, no se dice el sitio que es pero el cántabro sabrá de qué espacio hablo.

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