15 julio 2009

323. Se acabó (2ª parte)

Hoy me siento inconformista; sí, lo sé, es raro, pero es la sensación que tengo. Qué bien se queda uno cuando dice lo que piensa sin importarle nada, sin disimular ni tratar de buscar las palabras correctas, las que no hieran, las comedidas, las que realmente no reflejan lo que sientes en tu interior... aunque luego resulte que se te quite la razón o que mi opinión caiga por su propio peso. En realidad, cagarla es lo de menos. Todo en la vida tiene solución y cualquier día voy a morir envenenada si por casualidad o despiste me muerdo la lengua.

Tendría que tener más ataques de ira, estoy por comprarme un coche viejo para desguazarlo o un saco de boxeo para darle una 'somantá' de leches, ahí si que se descargaría adrenalina y ya no te cuento si supiera chillar o simplemente gritar, sería el verdadero placer.

Hoy me siento bien, muy bien aunque no sé si seré capaz de mantenerme hasta el viernes. El kit kat de cuatro días me va a venir mejor que nunca, tengo que aprovecharlo, tengo que aprovecharlo, tengo que aprovecharlo... no me cansaré de repetirlo.

Hoy me siento fuerte, capaz de resistir todos los embites que haga falta, todas las nuevas sorpresas que me depare eso tan bonito que es el vivir, con sus alegrías, claro, y también con sus penas, que aunque no se van tan fácilmente, se amortiguan. ¡Qué poco me dura lo malo! Será que soy afortunada en ese sentido.

Sea como sea renovarse es volver a nacer en realidad, con más callo, con más templanza y con más cabeza, eso es lo importante. Sí, ya estoy lista, se terminó la cura de soledad, seguirá doliendo pero las aspirinas son milagrosas.

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